Bienestarismo y el doble adoctrinamiento especista

Muchos de los habitantes de este planeta fuimos adoctrinados en el no veganismo, desde los primeros años de nuestra existencia. Esto por todos los ámbitos, como el familiar, la escuela, la religión, las costumbres, la industria, etc.

Es complicado cuestionar algo que todo mundo da por sentado, aunque tu intuición te diga que hay algo incorrecto en ello. Sin embargo, un día, por diferentes circunstancias, comienzas a reflexionar sobre eso que sientes no encaja con lógica alguna y te lo comienzas a replantear seriamente, debido a algún episodio que catalice tu disonancia cognitiva, el cual puede ser la observación objetiva del comportamiento de los demás animales, información bien estructurada y correcta que haya llegado a ti, etc. Entonces decides romper con el sistema de creencias y negarte a seguir siendo un esclavista.

Esto es en el mejor de los casos, por supuesto; porque existen otras posibilidades, por ejemplo que como resultado de esa disonancia cognitiva decidas negarte a reconocer que has estado participando en algo injusto e incorrecto y actúes a la defensiva, excusando tus actos e ideas con argumentos falaces. También podría ser que caigas en manos del activismo bienestarista (clásico y neo) que se te comience a aplicar el doble adoctrinamiento especista (Damon McDonald lo nombra «El segundo adoctrinamiento»).

Primero, en qué consiste el primer adoctrinamiento especista:

  • los animales no humanos son para usarlos en nuestro beneficio (alimentación, experimentación, vestimenta, diversión, etc);
  • algunos animales no humanos son más valiosos que otros (en función de simpatía, inteligencia y utilidad para el ser humano);
  • no está bien hacer sufrir a los animales “innecesariamente”.

¿Qué es lo que nos enseñan los bienestaristas de segundo adoctrinamiento?

Puedes ayudar a los animales sin necesariamente hacerte vegano:

  • apoyando peticiones de Bienestar Animal y monotemáticas (campañas dirigidas a un uso de animales específico);
  • reduciendo el consumo de productos de origen animal (comúnmente “carne”), por ejemplo mediante el vegetarianismo;
  • algunas de las peticiones se enfocan en animales que los humanos consideran más cercanos emocionalmente (por los chimpancés, delfines, no al «maltrato animal» hacia perros, gatos y algunas aves, etc);
  • las peticiones se enfocan en la forma de usarlos y no en el respeto por el valor inherente (dignidad) de los demás animales. No cuestionan que sea incorrecto usar a los animales no humanos para fines ajenos a la dignidad de los animales no humanos, si no el cómo, la forma en que lo hacemos.

Entonces, nos encontramos con que el bienestarismo mediante el activismo animalista viene a reforzar el bienestarismo que ya teníamos arraigado, pero disfrazándolo al hacer creer que puedes ser justo con los animales sin necesidad de respetarlos (usarlos de cualquier forma, a cualquiera de ellos, no es respeto).

Así es como funciona el círculo del bienestarismo:

Primero, aprovechan como mencioné, la inercia bienestarista de un porcentaje de gente que a pesar de su especismo antropocéntrico tienen alguna preocupación por los animales (normalmente que simplemente sufran, es decir, bienestarismo utilitarista), y la bombardean con imágenes y videos perturbadores sobre violencia explícita hacia los animales no humanos y/o descripción de procesos crueles.

Con esto consiguen enfocar el problema en el maltrato y crueldad, en la forma en cómo los explotamos sin ser inflexibles con el hecho mismo de usarlos como simples medios para fines de terceros. Luego que han logrado el cometido de hacerlos sentirse culpables o sentir lástima por los animales no humanos explotados, aprovechan para invitarlos a participar en campañas de bienestar animal clásicas y/o monotemáticas y donaciones, además de promover que pueden sentir que ayudan a los animales simplemente reduciendo su consumo (enfocándose demasiado en la parte alimenticia). Con esto los consumidores se sienten aliviados en sus conciencias, por lo que creen que esa es una manera de “hacer algo ahora” por los animales no humanos, e invitan a otros a unirse al mismo círculo vicioso.

Algunos activistas no piden participar en campañas de bienestar animal, sino que dicen que deben oponerse a todo uso animal, pero sus dichos van en contraposición de lo que su material audiovisual tiene como mensaje, que es que esos usos son peores que otros debido a las formas y condiciones en que sucede. Ese es el mensaje que suele quedar en la gente no vegana, y eso se comprueba porque luego enfocan los neobienestaristas sus campañas en aquellos usos que consideran especialmente crueles, es decir, estos se van quedando con una falsa sensación de éxito, al ver que a quienes les muestran esas imágenes de crueldad, dejan la carne o incluso todo uso de animales no humanos, pero siguen considerando el sufrimiento como la razón por la que está mal usar animales.

Independientemente del grado de normalización de una discriminación, nada justifica emplear métodos que convalidan la explotación animal en pro del bienestar animal. Ni siquiera hay evidencia lógica ni histórica que regular la explotación nos lleve en la dirección de la abolición, al contrario, conforme más regulaciones se aplican, mayor normalización hay en la mayor parte de la sociedad acerca de la opresión que se supone quieren atacar. Y por supuesto, aunque hubiera dicha evidencia, seguiría estando mal, ya que estaríamos violentando la calidad de sujetos de las víctimas, cayendo en violencia cultural. No es una cuestión de homeopatía, para creer en contrarrestar la violencia hacia las víctimas con más violencia hacia ellas, ya que el promover su uso regulado o jerarquizar usos, es revictimizar.

Y debido a este segundo adoctrinamiento, se está avalando el especismo, bajo el supuesto de ayudar a los animales no humanos, y es muy común que sea mucho más difícil explicarle el veganismo a bienestaristas del doble adoctrinamiento que al resto de no veganos que nunca han tenido el contacto con activistas bienestaristas.

Considero estos especistas de segundo adoctrinamiento se pueden identificar en éstas vertientes:

  • aquellos que ya no explotan animales para sí mismos, pero sí promueven que otros lo hagan, porque creen que los demás no serán capaces de entender el veganismo (y me parece, ellos tampoco lo han entendido aún) y creen ello justifica que ellos como animalistas deben promover reducir el sufrimiento de los animales que estan siendo explotados principalmente en formas que consideren crueles, con lo que abonan a que la creencia de que los demás animales están aquí para servirnos, pero que lo incorrecto es cómo son explotados;
  • aquellos que tampoco explotan animales ni pretenden explícitamente promover que otros lo hagan, pero enfocan sus campañas de prohibición en aquellos usos de animales no humanos que la mayoría ya rechaza por considerlas especialmente crueles respecto a otras; o por otro lado, sus dichos van en contradicción con su material audiovisual;
  • algunos ya no son especistas, pero siguen promoviendo la explotación animal y quizás hasta participando en ciertas modalidades más sutiles (en párrafos posteriores lo explico).

De todas formas, es muy común que los especistas de segundo adoctrinamiento sigan participando de alguna manera en irrespetos hacia los demás animales, ya sea mediante violencia simbólica o cultural a usar material visual violento y/o descripción de procesos crueles, apoyando esterilizaciones indiscriminadas o alguna otra forma que ellos no consideren como utilización de animales o por creer probablemente que «el fin justifica los medios». Como lo comenté en el primer punto, me parece que los especistas o no veganos de segundo adoctrinamiento tampoco han terminado de entender qué es el respeto a la dignidad de los demás animales, y quizás por ello caen en estos errores.

Cabe hacer en este punto una acotación sobre el tercer punto señalado en el listado anterior: me he referido aquí a todo esto como un adoctrinamiento especista, pero también se puede dar un segundo adoctrinamiento no especista, sino puramente utilitarista que irrespete a todos los sujetos por igual, como es el caso del sensocentrismo, que es permisivo con discriminar sin tomar como criterio la especie, sino otras cuestiones como la cantidad de neuronas, inteligencia, etc (gradualismo sensocentrista). Estos supuestos «defensores de los animales» incluso se hacen llamar veganos y/o antiespecistas, pero en realidad promueven el uso de animales en concordancia con la ideología del «Bienestar Animal». Es una forma más sutil de bienestarismo, derivada del utilitarismo de preferencias, como una evolución más de dicha teoría sobre la moral.

Convencer a alguien que ha sido engañado dos veces es muy difícil de digerir para la persona que ha sido engañada, entonces en su disonancia cognitiva tiende a defender a capa y espada su status quo.

«Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos de que han sido engañados.»
– Mark Twain

Ahora, bien, ¿qué opinan los expertos en psicología humana? Un psicólogo que opina al respecto de la manera en que debe promoverse el veganismo es Casey Taft, quien opina esto en un artículo publicado en Vegan Publishers (http://veganpublishers.com/how-do-we-best-promote-veganism-a-psychologists-perspective-casey-taft-ph-d/):

“Las organizaciones animalistas hacen un gran esfuerzo para animar a los no-veganos ofreciéndoles alternativas sin carne, promoviendo la campaña del Lunes Sin Carne y el reducetarianismo,… pero olvidan el componente más importante de cualquier estrategia para el cambio de conducta: un objetivo claramente definido. Resulta sorprendente que el veganismo apenas aparezca mencionado como objetivo por parte de estas organizaciones. ¿Cómo esperamos conseguir que la gente se haga vegana a gran escala y minimizar todas las formas de violencia hacia los animales si esto no aparece como el objetivo que busca el cambio de conducta? Difícilmente vamos a conseguir que la gente se haga vegana animándoles a reducir su consumo de carne u ofreciéndoles deliciosa comida vegana, porque esto es un método más bien inefectivo para conseguir un cambio real a largo plazo. Si queremos que acabe la violencia innecesaria hacia los animales y vemos esto como una cuestión de justicia, entonces el veganismo debe ser promovido sin excusas.”

En cuanto a ser vegano «por salud», puedo decir que enfocar el activismo en ese aspecto podría parecer lo más “eficaz” para adoptar una alimentación basada en plantas (no necesariamente ser vegano) en el corto plazo, pero eso no tiene que ver con el veganismo como principio moral que es, y tampoco es sólido para sostener siquiera los hábitos a largo plazo, además que «dejar a los animales fuera de nuestro plato» no tiene implicaciones en dejar de usar animales en otros rubros, como puede ser el mascotismo, las zooterapias y otros usos que no perjudican nuestra salud ni con el medio ambiente. Los bienestaristas suelen recurrir a estos argumentos antropocéntricos (salud y medio ambiente) como medios para que la gente deje de consumir animales, ignorando o relegando el valor inherente de los individuos no humanos.

Estos discursos son persuasivos porque dan un aura de moralidad, ya que intentan hacer sentir a sus adherentes como gente que ya está siendo justa o «lo está intentando», pero esto lejos de acercarlos a un respeto por la dignidad de los demás animales, los aleja o mantiene en un nuevo estatus de comodidad y nula autocrítica. El progreso moral sólo es posible mediante el cuestionamiento, reflexión y precisamente, el sentir la incomodidad que proviene del razonamiento moral sobre temas de justicia.

El círculo del bienestarismo tiene sus bases en el segundo adoctrinamiento, en el no veganismo, ya que de ello depende permanecer en ese letargo de autoengaño e irrespeto por los demás animales. Si alguien en ese círculo se da cuenta que si no es vegano en realidad no está haciendo nada por los demás animales; o si ya pensando que es vegano por no usar animales no humanos se da cuenta que tampoco tiene sentido creer eso si avala que otros sí los usen y/o priorizar unos usos sobre otros, entonces esa persona saldría de ese círculo lógicamente, ya que su mentalidad es incompatible con ello, y comenzaría a hacer un activismo congruente con el veganismo y los Derechos Animales, pidiendo a los demás exactamente lo mismo que él hace, por medio de información e invitando a la reflexión y a hacerse veganos como el primer paso para la defensa congruente con los Derechos Animales.

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