El costo de no promover el veganismo

Organizaciones animalistas y sus seguidores, alegan que logran «convertir» un gran número de «veganos» y afirman que sus estrategias son efectivas, porque logran que la gente deje de consumir animales no humanos.

Algunas de estas organizaciones suelen promover la definición de veganismo o más bien, la redefinición del mismo, hecha por la Vegan Society:

El veganismo es una forma de vida que busca excluir, en la medida de lo posible y practicable, todas las formas de explotación y crueldad hacia los animales para su alimentación, vestimenta o cualquier otro propósito.

En su sitio web mencionan que Leslie Cross «sugirió» una definición en 1949, refiriéndose a la sugerencia que realizó en un ensayo titulado «En busca del veganismo 2», pero Cross no se quedó en una mera sugerencia, él definió de manera clara y concisa al veganismo en 1951 y quedó plasmado en la revista World Forum:

«El objeto de la Sociedad será poner fin a la explotación de los animales por parte del hombre»; y «La palabra veganismo significará la doctrina de que el hombre debe vivir sin explotar a los animales».

Y no sólo eso, sino que pidió expresamente que dicha definición fuera respetada, para que cuando habláramos de veganismo, todos habláramos de lo mismo:

«La palabra ‘veganismo’ tiene un significado preciso y simple. Significa: la doctrina de que el hombre debe vivir sin explotar a los animales. Como la cuestión de la definición es obviamente tan importante, les pediré que tenga la amabilidad de memorizarla, de modo que cuando usemos la palabra «veganismo» todos estemos pensando en lo mismo. El veganismo, entonces, es la doctrina de que el hombre debe vivir sin explotar a los animales.»

Entonces, difunden una definición distorsionada, mostrando al veganismo ya no como un principio moral del cual se deduce el deber moral de no explotar animales, sino como una «forma de vida». Además introduciendo como razones y no como meras posibles consecuencias, al medio ambiente y la salud, fomentando con ello el antropocentrismo y más confusión.

Aunado a esto, utilizan material audio visual enfocado en las condiciones y formas en que se realizan las explotaciones que implican violencia explícita, con lo cual priorizan el rechazo a usos que se relacionen con dicha violencia específica y no cualquier uso de animales no humanos, ni explican por qué es incorrecto usarles más allá de la cuestión del dolor o trauma psicológico. Esto se ha explicado en varios artículos, por ejemplo en el artículo «Tres problemas con usar imágenes de violencia explícita en el activismo animalista«.

También en otro artículo en este mismo blog, demostré que el enfoque en el bienestar animal no ha logrado concienciar a la sociedad para dejar de usar a los demás animales, sino que al contrario, refueza al especismo mismo e incluso hace aliados de las empresas explotadoras de animales a los animalistas. En seguida un enlace al artículo que hace referencia a ello.

Como resultado, tenemos que van creando gente que piensa que ser vegano es comer plantas y apoyar campañas contra el «maltrato animal«.

Utilizan precisamente términos confusos como: maltrato animal, crueldad, vegano por salud, vegano por el planeta. Además de fomentar campañas enfocadas en explotaciones específicas, sobre todo aquellas que impliquen violencia explícita, ya que es la que la mayoría de la gente no vegana considera innecesaria.

Otras organizaciones ni siquiera mencionan una definición de veganismo, sino que lo mencionan a conveniencia, como un término al gusto de cada quien, e incluso consideran aceptable fomentar el vegetarianismo, mostrándolo como un paso previo al veganismo, como si el veganismo no fuera lo mínimo que le debemos a los demás animales.

Así entonces, tenemos que hay por lo regular mucho más gente vegetariana que vegana en el mundo, y suelen usarse como si fueran sinónimos o como si se tratara de más o menos lo mismo. Incluso tenemos un montón de gente diciendo que es vegetariana, ¡por los animales!

Por otro lado tenemos las estadísticas que nos dicen que no sólo no ha disminuido la explotación animal que suelen atacar estos grupos, sino que se ha incrementado, si bien por diversos factores, no han logrado en todos estos años donde han acaparado todos los espacios de activismo, y su fracaso ha sido evidente, en el caso de que su intención sea abolir las prácticas de explotación animal mediante regulaciones y monotemáticas, o quizás han sido exitosas algunas de estas campañas si tomamos en cuenta que la postura política/»moral» del Bienestar Animal per se, no tiene la intención de abolir ninguna práctica de explotación animal, y las campañas monotemáticas sí han fracasado porque no tienen fundamento lógico ni evidencia histórica para creer que pretendan acabar con todo tipo de uso de animales porque la gente los respete.

Vemos frecuentemente ex “veganos” que dejaron de serlo decepcionados por no haber encontrado los beneficios que les prometieron, e incluso gente que se identifica como vegana, expresando que no ven nada incorrecto en montar a caballo, en usar animales no humanos “poquito” como en la carne sintética, y en general, afirmando vehementemente que si no hay sangre, golpes y/o muerte no es explotación, o al menos no es prioritario denunciarla respecto al resto de formas de explotación, y que hacer referencia a la explotación que implica violencia implícita es hacer un activismo “light”.

También en los medios de comunicación, vemos que la concepción que se tiene del veganismo, es precisamente la que promueven los grupos animalistas dominantes:

  • un estilo de vida
  • una dieta para mejorar la salud humana
  • algo parecido al vegetarianismo
  • una forma de vida para mejorar el medio ambiente

Es decir, una preferencia personal, un reto, como levantarse a correr por las mañanas, ir al gimnasio o evitar comida «chatarra», y no como lo que realmente es: un principio moral de rechazo al todo uso de animales no humanos para fines humanos.

En la opinión pública ven a los veganos como gente rara, que les dan lástima los animales y están muy preocupados por su salud y el medio ambiente, y muchos de ellos son violentos, a pesar de que pregonan que no hay que ejercer la violencia contra los animales. Gente confundida metida en una «moda» que hacen actos de protesta desnudándose y echándose pintura encima. En general, gente loca, a la que no hay que tomar muy en serio.

Así no vamos a abolir nada. Sólo se van a estar «fabricando» cúmulos de gente que se crea defensora de los animales, simplemente cambiando algunos de sus hábitos, pero sin considerar personas no humanas, dignas de respeto a los demás animales. Esta gente termina siendo útil a la explotación misma, bajo el camuflaje de «hacer algo» aunque ese algo sea en contra de las víctimas de la explotación animal, sin intención de ello en la mayoría de la gente que participa en divulgar incorrectamente el veganismo o que participa en campañas no veganas.

Cuando vemos activistas por los derechos de las mujeres, claramente hablan de feminismo, cuando vemos activistas por los Derechos Humanos, claramente hablan de Derechos Humanos. Sin embargo, en el llamado movimiento animalista, es común encontrarse con activistas que rehuyen utilizar la palabra veganismo.

Y es que los activistas animalistas que no son veganos, suelen poner de excusa que la gente no está preparada para escuchar sobre veganismo y que hacerlo aleja o espanta a la gente. Cosa que no suena nada coherente, ya que quienes dicen eso, estarían asumiendo una posición de privilegio, ya que se supone que ellos si fueron capaces de entender el mensaje, entonces ¿por qué el resto de mortales no podrían hacerlo también?

Utilizan algo que ellos llaman “estrategia”, que en realidad son manipulaciones hacia el no vegano, apelando a su egoísmo, mostrándole los posibles beneficios en la salud y medio ambiente, como razones para dejar de consumir animales no humanos, comúnmente se enfocan en la alimentación, y se enfocan en explotaciones que consideran especialmente crueles. Es decir, no tienen una posición honesta frente al público, si no que se amoldan a los intereses del transeúnte o cualquier no vegano al que abordan, y en base a eso, le intentan convencer de que deje de participar en la explotación animal (principalmente en las de violencia explícita, ya que es en las que dirigen sus esfuerzos) aunque no necesariamente hayan comprendido ni el veganismo ni los Derechos Animales.

¿Después la gente puede terminar informándose sobre el veganismo y derechos animales? Sí, es posible, pero no hay ninguna certeza de que esa información llegue a sus manos, así que los activistas dejaron pasar una oportunidad para informarlo correctamente desde un inicio, dejando también abierta la posibilidad de que esa persona apoye campañas bienestaristas o incluso vuelva a participar en la explotación animal, ya que los animales no humanos nunca fueron la razón de su cambio de hábitos.

Fomentar el vegetarianismo y/o reducetarianismo, son medidas corto plazistas (y en algunos caso ni eso), altamente cuestionables tanto desde el punto de vista ético como del práctico, porque al no ver a los demás animales como personas, difícilmente dejarían de explotar animales si les encuentran una utilidad de la cual abusar de los demás animales que no les afecte en la salud y/o que no les parezca cruel.

Por respeto a las víctimas del irrespeto al valor inherente de las personas no humanas, lo correcto es ser claros y honestos. Incluso hay personas que se sienten ofendidas cuando alguien llega con un mensaje antropocentrista sobre el medio ambiente y la salud, exagerando los beneficios del veganismo para los humanos, y se crean una imagen de los veganos y del veganismo en general, como un “movimiento” dogmático, de gente que tergiversa la realidad con tal de salirse con la suya. Lo correcto es informarnos correctamente, sobre cómo explicar que es injustoexplotar a los demás animales, independientemente del trato y de los beneficios que podamos obtener.

El veganismo no es algo que sea necesario una capacidad intelectual muy elevada, no es una ciencia de cohetes. Simplemmente trata de respetar a los demás animales porque son seres conscientes, que tienen intereses en vivir, ser libres y felices, por lo tanto debemos respetarlos y no usarlos. Cualquiera que tenga el más mínimo sentido de justicia y preocupación por los demás animales (aunque sea solo por algunos previo a la concienciación), es capaz de entender el veganismo y actuar en consecuencia.

Lo que hay que hacer es extirpar de la mayor cantidad de gente posible la creencia de que está bien explotar animales, y esto sólo puede hacerse enfocando el mensaje en la ética, en que más allá de las formas y condiciones de la explotación, es injusto abusar de los demás animales.

Aquí dejo una guía para entender porqué no debemos explotar a los demás animales.

Referencias:

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