El veganismo es de origen abolicionista, ya que los fundadores le dieron ese enfoque al buscar crear un movimiento emancipador de los animales que no son humanos, de la dominación de los humanos. Esto es descrito en la sección «El veganismo«.
Sin embargo, a pesar de la encarecida recomendación de Leslie Cross para que la definición y el objetivo fueran respetados, el movimiento por los derechos animales comenzó a tergiversar dicha definición y objetivos, hasta el grado de asumir el utilitarismo teniendo en el bienestarismo animalista su praxis, y debido a esto, el discurso hegemónico alrededor del tema del veganismo y los derechos animales se ha reducido a regular la explotación y a fraccionar el mensaje en campañas monotemáticas.
Entre los años 80 y 90 una gran cantidad de activistas por los derechos animales aceptaban el razonamiento de promover la cuestión de los derechos animales, en contra de la postura bienestarista. Sin embargo, las grandes corporaciones comenzaron a cooptar al movimiento, y tacharon de «divisivo» a quienes no aceptaran al bienestarismo y toda su maquinaria coorporativa, para así silenciar a quienes promovieran al veganismo como base moral.
A partir de entonces, se alega, fue necesario hacer énfasis en aquellos que además de no explotar animales, promueven la abolición de todo uso animal, y no promueven cosas contrarias al respeto al valor inherente de los animales no humanos mediante campañas bienestaristas o de un solo tema (aquellas que hacen pensar a la gente que hay explotaciones moralmente peores que otras). Estos se hicieron que diferenciar como veganos que adscriben al enfoque abolicionista, el cual refiere a que el discurso y los actos sean congruentes con la finalidad; la abolición del estatus de propiedad, es decir, el rechazo a la idea de que los demás animales existen para uso de los humanos.
Es indudable la gran aportación de Gary L. Francione (junto a Ana Charlton) al activismo de base que la creación de los seis principios del enfoque abolicionista ha hecho, ya que cada vez más gente interesada en la justicia hacia los demás animales, adscribe al enfoque, como una manera de ser congruente con dicha preocupación.
Dicho lo anterior, he de decir, que me siento un poco como lo que comentó Gary L. Francione sobre la traición de Tom Regan a la postura abolicionista que había abrazado durante mucho tiempo. Y no es que Gary Francione haya hecho las paces con grupo bienestarista o neobienestarista alguno, sino que ha venido haciendo declaraciones desde ya hace tiempo, que no son acordes a la finalidad que es la emancipación de los demás animales de la dominación humana.
A continuación algunos que considero errores en el discurso del profesor G.L.F, mayormente basado en el ensayo traducido de su blog Abolitionist Approach, y en publicaciones que realiza en sus redes sociales:

- Continuamente está haciendo referencia a la cuestión del cambio climático, y solicita que las organizaciones ecologistas promuevan el veganismo como un medio para lograr contrarrestar el cambio climático. Esto es un error grave, ya que no tenemos obligación moral de ser veganos para salvar al planeta, sino porque los demás animales tienen valor intrínseco, son fines en sí mismos y no simples medios para fines de terceros. Algunas veces le he leído mencionar que los ecologistas deben tener al veganismo como base moral, lo cual sí es correcto, es decir; cuidar al planeta tomando en cuenta no explotar ni dañar a sus habitantes no humanos tampoco. Sin embago, esto es muy distinto a declarar que debemos ser veganos porque es la mejor forma de combatir el cambio climático. Es una diferencia fundamental entre reconocer a unos sujetos su valor intrínseco y ver una causa como medio para otra.
- Esterilizaciones: es increíble que alguien que ha hablado de derechos animales, tanto morales como legales, y se oponga al utilitarismo específicamente de Peter Singer (y obviamente de Bentham), tolere la violación al derecho a la integridad física. Escribí un ensayo sobre la inmoralidad de dicha práctica. El especismo y utilitarismo que implica ésta práctica, no tiene justificación si no existen estudios veterinarios realizados en el sujeto implicado que avalen dicha intervención.
- Acepta implícitamente la existencia de veganos que no pugnan por la abolición de la explotación animal: si bien queda claro que el enfoque abolicionista es llamado así porque busca abolir toda opresión, no solo la dirigida hacia animales no humanos, al rechazar otras formas de discriminación arbitraria; deja en el aire la idea de que existen veganos no abolicionistas de la explotación animal, aceptando que existen veganos bienestaristas y neobienestaristas, ya que se refiere a ellos también como veganos, lo cual me parece un grave error.
Hay una explicación más extensa sobre este punto en este blog en el ensayo titulado Veganismo y el enfoque abolicionista.
- Considero que más que pedir cambio de estatus legal – aunque lo entiendo desde su posición de abogado – lo que llevaría hacia la abolición es fundamentalmente la concienciación de la masa crítica, ya que esto cambiaría la norma social, el paradigma, independientemente de las leyes de un Estado [1], y esto repercutiría obviamente en que las prácticas de explotación animal fueran mal vistas socialmente y por ende censuradas, un consenso o acuerdo social respecto al respeto al valor inherente de los demás animales. El derecho a no ser propiedad ni recurso a que me refiero es sobre los derechos morales reconocidos y respetados por la mayoría de los individuos de una sociedad. Creo que Francione tiene clara la diferencia categorial entre derechos legales y derechos morales, pero hace que se confundan dichas nociones al por ejemplo difundir que aunque seamos veganos, los animales no humanos bajo nuestra tutela son nuestra propiedad legal. Esto último es irrelevante a nivel moral, ya que al ser veganos no nos guiamos por lo que digan las leyes en el sentido de nuestra relación con los demás animales. De hecho sólo sería un motivo más para enfocar más nuestros esfuerzos en la educación vegana; que la gente desobedezca la norma social y legal dominante actualmente.
- Habla de una «excusa razonable» (moralmente) por ejemplo para cuestiones como las vacunas, medicamentos y otros usos donde nos vemos inmiscuidos los veganos. En un ensayo reciente [3] sobre el caso de las vacunas para combatir el covid19 (Sars-cov-2), expone lo siguiente:
Excusa es un motivo que se utiliza para intentar eludir una responsabilidad. Justificación es una razón que hace justa una acción. Entonces, creo siendo rigurosos sería excusa pero no razonable (no algo relacionado a la lógica), sino entendible, aunque nunca una justificación la necesidad. Sólo sería considerar que el agente moral en ese momento tenía motivos para que su razón estuviera nublada, y sin embargo, también tiene obligación de controlar sus impulsos y aplicar un razonamiento moral independientemente del contexo. Lo que puede hacer es menguar el juicio moral respecto a que no fue un acto que bajo otro contexto no haría, pero no puede eludir su obligación de respetar el derecho absoluto que tiene toda persona de no ser cosificada.«Naufrago en el mar. Estoy muriendo de hambre. Mi compañero en el bote salvavidas es un conejo. ¿Estoy moralmente justificado al matar y comerme el conejo? No. El conejo tiene un interés moralmente significativo en seguir viviendo y no tengo derecho a ignorar ese interés porque me beneficiaría hacerlo. Pero si no tuviera otra opción que morirme de hambre, matar y comer al conejo puede ser excusable. Al matar y comer al conejo he actuado de una manera moralmente incorrecta pero mi culpabilidad se ve mitigada por la compulsión de la situación.»
Esto que dice Francione es explotación animal directa, intencional, y no tiene ninguna «excusa razonable» moralmente ni es congruente con ser vegano. No es un acto de defensa propia, ya que el conejo no está representando una amenaza para su integridad ni vida. La mera necesidad no es un criterio que nos exima de responsabilidad. Matar a alguien (en este caso a un conejo, pero si fuese un humano sería lo mismo) para sobrevivir, es convertirle en un medio para sus fines, es explotación; está mal; no tiene sentido apelar a una «excusa razonable» y es contrario al principio ético del veganismo.
En realidad lo que sucede es que no somos responsables directos de los usos que menciona como los medicamentos o vacunas que fueron probadas en animales, porque no implican intrínsecamente explotar animales (como sí lo es comer animales o sus fluidos, vestir cuero o pieles, divertitnos, etc) y no avalamos su uso con su consumo; no hay participación directa [2]. Todos esos elementos tienen que coincidir para que sí se pueda hablar de una excusa razonable.Francione hace analogías con cuestiones del derecho penal, pero usar conceptos de derecho penal no equivale a que sea necesariamente lo mismo en la ética.
Pienso que no debemos caer en dogmatismos y debemos ser críticos incluso con aquellos que coincidimos en aspectos fundamentales, para poder ir puliendo un movimiento que realmente vindique los derechos que debemos reconocer y respetar los humanos a las personas no humanas.
Referencias:
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