Hay incluso animalistas que se presentan como «abolicionistas» que están confundidos con los términos y aquí intentaré dejar un poco más en claro algunas cosas respecto a lo que se refieren específicamente los conceptos del veganismo y el enfoque abolicionista.
Esta confusión viene creo yo, por motivo de que tanto el veganismo es en sí mismo abolicionista de origen, como obviamente también lo es el enfoque abolicionista planteado por el Profesor Gary L. Francione y Anna Charlton.
Primero, el veganismo es abolicionista desde su definición misma:
«El objetivo de la Sociedad será poner fin a la explotación de animales por el hombre«; y» La palabra veganismo significará la doctrina de que el hombre debería vivir sin explotar animales.»
Definición de veganismo, hecha por el Vicepresidente de la Vegan Society, Leslie Cross, en la emisión de la revista World Forum de 1951
Señalaba Cross explícitamente, que la finalidad u objetivo es terminar con la explotación de animales (no humanos) por parte del hombre (los humanos). Precisamente abolir significa terminar para siempre con prácticas que son injustas respecto a los intereses de otros individuos.
Luego, en el boletín de la Vegan Society «The vegan», Cross insiste en el carácter abolicionista del veganismo:
«El objetivo del Movimiento Vegano («poner fin a la explotación de animales por el hombre») se aclara en cuanto al significado de explotación por la Regla 4 (a), que promete a la Sociedad a «tratar de poner fin al uso de animales por el hombre para la alimentación , mercancías, trabajo, caza, vivisección y todos los demás usos que implican la explotación de la vida animal por el hombre «. Con la adopción de esta regla, la Sociedad claramente se ha puesto del lado de los libertadores; lo que buscamos no es tanto el bienestar como la libertad. Nuestro objetivo no es hacer que la relación actual entre el hombre y el animal (que, si se ve honestamente, es principalmente de amo y esclavo) sea más tolerable, sino abolirla y reemplazarla por algo más digno del alto patrimonio del hombre. En resumen, nuestro objetivo es liberar a las criaturas: devolverlas al equilibrio y la cordura de la naturaleza, que es su lugar legítimo, y así poner fin al mal histórico cometido cuando el hombre decidió por primera vez que tenía derecho a explotarlas y esclavizarlas.»
Leslie Cross, Vicepresidente de la Vegan Society, en el boletín «The vegan» de la primavera de 1951, en la sección «The new constitution».
Cross es enfático en que el veganismo no se trata tanto acerca de buscar bienestar, sino libertad. Es decir, el veganismo rechaza al bienestarismo como un objetivo, sino más bien, busca liberar de tajo a los animales no humanos de la dominación humana, que es una relación entre dueño y esclavo. No busca hacer esta relación más tolerable, sino abolirla
Entonces, el veganismo intrínsecamente es abolicionista, abolicionista de la explotación animal específicamente.
Por otra parte, el enfoque abolicionista sobre los derechos animales, se refiere a los principios propuestos por el Profesor Gary L. Francion y A. Charlton, los cuales en esencia, además de buscar la abolición y no meramente la regulación de la explotación animal, agrega otras cuestiones relacionadas a que, en congruencia con nuestra oposición a la injusticia que pesa sobre los demás animales, también rechacemos otras injusticias, como lo son el sexismo, el racismo, el clasismo, y la violencia contra cualquier ser sintiente.
¿Entonces se puede ser vegano y no ser abolicionista?
Se puede ser vegano, y no adscribir a algunos de los principios del enfoque abolicionista propuestos por Gary L. Francione y A. Charlton.
Uno puede rechazar la explotación animal y por otro lado, ser sexista, racista, clasista, etc; y no por ello dejaría de ser vegano, ya que el veganismo se refiere exclusivamente a terminar con la explotación hacia los demás animales. Si alguien es vegano pero no se opone a otras opresiones, lo único que sería es inconsecuente con su preocupación por cuestiones de justicia, pero no dejaría de ser vegano.
Dicho vegano que no se opusiera a otras opresiones, seguiría por el hecho de ser vegano, apoyando la abolición de la explotación animal, pero no podría decir que sigue el enfoque abolicionista al que hace referencia Gary L. Francione, ya que estaría incumpliendo al menos uno de sus principios, que es rechazar otras discriminaciones arbitrarias, como el sexismo, racismo, clasismo, etc.
En pocas palabras, ese vegano sería abolicionista de la explotación animal, pero no de otras injusticias.
¿Y los animalistas que apoyan campañas monotemáticas y bienestaristas?
Si un «animalista«, aunque se haga llamar vegano, apoya campañas monotemáticas y/o bienestaristas clásicas, no sería abolicionista de nada. Es decir, no sería ni vegano, y en consecuencia, no estaría siendo abolicionista ni de la explotación animal, ni tampoco adscribiendo al enfoque abolicionista propuesto por Gary L. Francione, ya que primeramente, refiriéndonos exclusivamente a la cuestión del veganismo, no está rechazando la explotación animal, como lo señala la definición y esencia misma del veganismo como lo explicaba Cross; y por otra parte, en cuanto al enfoque abolicionista postulado por Gary L. Francione, estaría incumpliendo el principio dos de este enfoque, que se refiere a rechazar las campañas monotemáticas (de un solo tema) y bienestaristas.
Y así sucesivamente. Si incumple alguno de los principios de dicho enfoque abolicionista a que se refiere el Prof. Gary L. Francione, no se adscribe a dicho enfoque, pero tampoco al veganismo si incumple el tercer principio, que es tener al veganismo como base moral. Pero a la inversa, si puede ser vegano, al simplemente rechazar la explotación animal, pero puede no adscribir al enfoque si incumple alguno de los principios del mismo que se refieran a cuestiones externas a la abolición de la explotación animal.
Considero como mencioné hace dos párrafos, que quienes apoyan campañas monotemáticas o bienestaristas clásicas, no deberían ser reconocidos como veganos, ya que aunque rechacen participar en la explotación animal ellos mismos, promueven que otros sí participen en ella.
Independientemente de sus intenciones, sus acciones no corresponden con el objetivo del veganismo, que es abolir la explotación animal, y por ende, no son veganos. Creo el término más apropiado para ellos sería especistas de segundo adoctrinamiento o simplemente bienestaristas o neobienestaristas, pero no veganos – de hecho bajo esta lógica, ni siquiera deberían considerarse animalistas -. En la jerga habitual, animalista es cualquiera que se preocupe por los demás animales, así sea bienestarista o abolicionista (vegano), pero habría que reflexionar si por la mera preocupación sobre el sufrimiento de los demás animales, se sea animalista.
No nos parecería congruente que alguien se hiciese llamar humanista, porque no es caníbal, pero promoviera «canibalismo humanitario», así tampoco debería ser congruente reconocer a alguien como animalista y que promueva la explotación animal en otros. Sin embargo, para efectos de usar un lenguaje que la mayoría entienda, en este blog me referiré a animalistas en general a gente preocupada por los demás animales, y dentro de esta categoría, estarían los bienestaristas, y por otro lado, los abolicionistas (los veganos).
También se puede ser vegano que adscriba al manifiesto no estatista de los Derechos Animales.
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