Avalar la explotación animal “feliz”, sigue siendo avalar la creencia de que los demás animales están aquí para servirnos.
La carne in vitro implica explotación. Aunque no se use suero animal, no deja de ser explotación. Obtener células de los animales aunque en primer instancia no implique ser asesinados, en sí mismo es ir en contra de los Derechos Animales, es decir, ir en contra de la voluntad de los demás animales, los cuales no tienen ningún interés intrínseco en que se les realicen biopsias para que humanos saquen provecho de ellos. Explotar animales significa obtener un beneficio de ellos y esto va en contra de sus intereses fundamentales, y ser usados para que se obtengan células de ellos para crear carne o cualquier otro fin ajeno a los demás animales, es explotación animal.
De hecho, aunque los demás animales pudieran expresarnos su «aval» para que se les utilice en nuestro beneficio, seguiría siendo inmoral, ya que ellos son pacientes morales solamente, lo que significa que no cuentan con el razonamiento o capacidad moral suficiente para en todo momento entender las implicaciones éticas de los actos y poder tener control sobre sus impulsos en relación a dichos actos, por lo que seguiría siendo un abuso aunque pudiésemos obtener su «aprobación», y seguiría siendo una vulneración a su interés intrínseco a no ser meros medios para fines de otros, a su valor moral.
En el caso de los agentes morales sí podemos dar nuestro consentimiento para participar en actos que no atenten contra nuestra dignidad (no forzados, que no se nos vea como meros objetos o mercancías ni que dañen nuestra integridad física, salud y vida). Por ejemplo, hay ciertas actividades que aunque un agente moral aceptase, seguiría siendo inmoral, como dejarse asesinar, dejarse extraer órganos vitales y alguna otra situación que fuese en detrimento de su bienestar, libertad y vida. En el caso de la carne in vitro, un agente moral pudiese prestarse para ser donador ocasional para tal fin, siempre que no vaya en detrimento de los factores antes mencionados.
Gary Yourofsky (por ejemplo) *no* es vegano al aceptar que otros la usen, al avalarla. La carne in vitro es una argucia más para seguir haciendo creer que el problema es cómo son utilizados los demás animales y no el hecho mismo de estarlos usando, por lo tanto es contrario al principio del veganismo.
La explotación animal es un acto inmoral aunque no haya sufrimiento evidente. La explotación animal es injusta porque reduce a sujetos a la calidad de objetos en la práctica y en la mentalidad. Refuerza el especismo y la mentalidad utilitarista.
Se dice también que a los demás animales no les importa ser cosificados, que eso de ser recursos y ser propiedades son meros constructos sociales. Ignoran toda evidencia empírica y el hecho mismo de que se trata de sujetos que desean vivir libres de toda explotación, mas el que un sujeto no se de cuenta de que está siendo explotado no valida éticamente dicho acto. Dichos actos no sólo son incorrectos en base a cuánto daño físico se le hace al otro, sino en cómo nosotros vemos a ese otro. La inmoralidad también implica en lo que nosotros pensamos sobre ese otro y lo que fomentamos que se piense sobre ese otro, y fomentar la carne in vitro y cualquier otra forma de explotación animal es fomentar irrespeto hacia los sujetos de las demás especies.
Dice Yourofsky (y otros afines a promover la «carne in vitro») que esa no es opción para veganos, que los veganos ya tenemos nuestras cosas. Pero, ¿y por qué los demás no habrían de hacerse veganos? ¿No dificulta precisamente el que alguien se diga vegano mientras aplaude medidas como estas, que otros se tomen en serio ser veganos?
Lo que dice Yourofsky sería el equivalente a decir que hay que criar humanos específicamente para ser usados como esclavos procurando no causarles daño físico o emocional evidente, y luego decir que esos no son para los demás humanos, que esos son sólo para quienes no quieren dejar de tener esclavos.
El fin no justifica los medios, los medios en sí mismos deben ser juzgados, pero incluso tomando en cuenta las consecuencias, no tiene sustento lógico alegar que la carne in vitro es algo «por mientras» y que eso «prepará» a un no vegano para luego hacerse vegano. ¿Qué sentido tiene eso? ¿Cómo va a sensibilizar en la empatía hacia los demás animales avalar la explotación animal? Si alguien explota animales y le dan una excusa más para seguirlos explotando dado que «hay menos sufrimiento», no hace sentido que animalistas argumenten que eso hará que un no vegano estará más dispuesto a reflexionar sobre veganismo, sino todo lo contrario, como comenté párrafos atrás. A lo que lleva este camino es justamente a normalizar aún más la explotación animal y a sentar precedente para que se apliquen medidas similares en otras formas de explotación, para así reforzar aún más la idea de que no está mal usar a los demás animales como meros medios para nuestros fines, sino que lo que hay que corregir es el infligirles sufrimiento que se manifieste evidente.
La carne in vitro y cualquier otra forma de explotación son inmorales en sí mismas, por lo que dichos actos en sí mismos no deben ser avalados ni promovidos, así como no promoveríamos pederastia «feliz», ni sexismo ni racismo «sin crueldad» ni ninguna otra injusticia so pretexto de que se reduce el sufrimiento, porque la justicia nunca se conseguirá mediante injusticias, ni las injusticias dejarán de serlo por supuestamente tener como objetivo la justicia.
Si los demás animales nos importan realmente, debemos rechazar la explotación animal y no avalar ni sugerir de forma alguna que esta bien usarlos. Es injusto.
Aquí la evidencia:
Leer ensayo recomendado: Sufrir o no sufrir; ésa no es la cuestión.
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