Bienestar, bienestar animal, bienestarismo y Derechos Animales

Bienestar es una palabra que se usa de forma tramposa por el lado de los explotadores de animales, e ingenua o a veces pareciera que también adrede por parte de agrupaciones de animalistas.

Bienestar etimológicamente se refiere a un estado elevado de vivir o estar (“bien” y “estar”). Se refiere a un estado continuo en el tiempo y no a un evento esporádico.

Es una percepción del individuo derivado de tener condiciones que satisfagan necesidades como alimentación, salud y no ser dañado física o psicológicamente.

En el ámbito humano, bienestar se considera tener un nivel de vida que satisfaga sus necesidades primordiales. En el ámbito animalista (no vegano) actual, se refiere a que los individuos no humanos obtienen un bienestar mientras son esclavizados a través de las regulaciones. Esto simplemente es injusto porque en cualquier caso se termina usando a sujetos como si fuesen objetos, pero la ceguera del no veganismo impide que la gente vea el absurdo en que se cae, al preocuparse por que satisfagan al menos algunas de sus necesidades básicas, mientras se les esclaviza.

Etimológicamente bienestar no es contrario a la cuestión de los derechos. Los Derechos Animales no se oponen a que los demás animales tengan bienestar (de hecho está comprendido dentro de uno de los derechos), pero sí son contrarios a ejercer control sobre los animales no humanos para nuestros fines, independientemente del bienestar que se pudiese reconocer en dichos actos de explotación animal.

Cabe aclarar que el que el bienestar animal sea un derecho, no es obligación moral proporcionarlo, pero sí lo es evitar abusar de los demás animales, es decir, explotarlos. Sólo habría una responsabilidad para proporcionar bienestar a aquellos sujetos no humanos bajo nuestra tutela sin caer en explotación.

Bienestar animal tal como se entiende en el contexto social actual (la postura política del bienestar, de preocuparse exclusivamente por eso) y las leyes de bienestar animal, sí son la antítesis de los Derechos Animales, ya que se suele usar dicho término para suavizar la concepción que se tiene sobre la explotación animal entre la gente no vegana. Estas leyes y el concepto que se tiene de bienestar animal en el contexto social actual, son con fines antropocéntricos o utilitaristas, no consideran a los demás animales como sujetos con valor moral, sino solamente valor extrínseco y que basta con no hacerlos sufrir.

El que los demás animales pudiesen percibir la satisfacción de algunas de sus necesidades básicas y por ello se considere tiene un bienestar, no legitíma éticamente que sean explotados, porque los demás animales tienen un valor inherente por el hecho de ser personas; ellos no tienen un interés intrínseco en servirnos a los humanos, y si lo llegan a hacer es porque o se aprovecha de su inocencia o proceso de domesticación (manipulación) o se les somete físicamente. En cualquiera de los casos es un abuso, porque las personas no humanas no pueden dar su consentimiento libre e informado para otorgar servicios a los humanos como sí lo podría hacer un agente moral; y en otros se les violenta abusando del poderío humano, en aquellos usos donde los demás animales sí pueden oponerse explícitamente dado que implican atentar contra su integridad física, salud y vida, y por ello se les ofrece a cambio condiciones para que perciban bienestar y pongan menos oposición a ser explotados.

Este bienestar dentro de un contexto de explotación sólo tiene la finalidad de maquillar la explotación animal y perpetuar dicha explotación, haciendo creer a la gente que hay formas correctas de cosificar a los demás animales. Es decir, bienestarismo.

El bienestarismo es precisamente pensar que a los demás animales hay que proporcionarles bienestar porque sólo les importa no sufrir o evitar su sufrimiento porque eso trae beneficios a los animales humanos. Esto es, el bienestarismo utilitarista y antropocéntrico respectivamente. El bienestarismo no considera que esté mal explotar a los demás animales porque estos tengan valor inherente, sino porque se les causa sufrimiento y en ese momento ellos son los contenedores de dicho sufrimiento, que es a lo que los bienestaristas, como un derivado del utilitarismo, se oponen, y no a la cosificación de los sujetos. Esta concepción sobre el bienestar animal, es lo que párrafos atrás comento que sí es la antítesis de los Derechos Animales, dado que es permisivo con la explotación animal.

El bienestarismo es la puesta en práctica del utilitarismo que promovió Bentham hace 200 años, dado que sigue su misma ideología respecto a que lo importante es si un sujeto puede sufrir, mas no considera que los sujetos tengan un valor inherente ni que existan los derechos morales, sino que se ve a la felicidad como un criterio ético y un fin en sí mismo, ya sea a nivel de sujeto o buscando reducir el sufrimiento en el mayor número de sujetos.

Hasta que esta situación no cambie – lo cual sucederá cuando realmente el veganismo haya avanzado lo suficiente para emancipar a los demás animales – lo prudente es evitar usar el término bienestar animal como sinónimo de justicia hacia los demás animales en sí mismo, y aún más, evitar promover campañas que impliquen este concepto.

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