Hubo un tiempo en que la gente creía que la tierra era plana (aún hay gente que cree eso…); que el sol giraba alrededor de la tierra; que el color de piel o sexo es criterio para considerar que alguien vale menos como persona; y se sigue creyendo en parte de la sociedad muchos de esos dogmas, sobre todo el relacionado a creer que el ser animales no humanos es criterio relevante para usarlos como simples medios para uso y disfrute de los humanos.
Romper un dogma es cambiar de mentalidad en consecuencia a asumir argumentos razonables, y eso se ve reflejado en los actos e ideas expresadas por el sujeto que ha cambiado de mentalidad.
Un paradigma es un modelo o teoría que se toma de ejemplo para explicar la realidad.
En contraparte, un dogma es una creencia que se da por sentado y que nunca se pretende cuestionar
Un paradigma puede convertirse en un dogma si no se cuestiona o se pone a prueba, tal como sucede en las religiones y en otras cuestiones culturales donde se aceptan las ideas simplemente porque la mayoría los acepta como válidas (falacia Ad populum), hasta que no llega alguien a cuestionarlas mediante su confrontación con el razonamiento lógico y contra la evidencia. Un paradigma parte de bases científicas, por ejemplo: la tierra gira alrededor del sol porque hay argumentos razonables basados en evidencia para creer en ello, así que hasta el momento es un paradigma, ya que esto sirve de modelo para otros aspectos de la ciencia, no es una mera opinión o creencia sin fundamento científico.
¿El veganismo es un dogma o paradigma?
Para saber si un concepto o teoría es razonable, tendríamos que analizarlo desde una perspectiva objetiva, es decir, precisamente despojándonos de las ideas que asumimos como ciertas y poner a prueba dicho concepto o teoría frente a cuestionamientos que les pongan en entre dicho y respaldados dichos cuestionamientos por evidencia.
El veganismo tiene una definición clara y precisa respecto a que es «la doctrina de que el hombre debe vivir sin explotar animales», pero, ¿tiene razón de ser?
Debido a que doctrina se relaciona con dogma, esto puede dar lugar a confusión, pero en realidad el veganismo no es un dogma.
Como se explicó en ensayos anteriores, se realizaron varios intentos por definir al veganismo en base al objetivo de liberar a los animales no humanos de la dominación humana, hubo que probar que se podía vivir sin usar animales siendo los propios veganos evidencia empírica de ello, habiendo fallos y aciertos. Además de la evidencia objetiva de que los demás animales manifiestan deseos, emociones e intenciones. Por todo ello se fue llegando a que era necesario establecer un objetivo claro y un concepto que representase a dicho objetivo, y eso fue la definición de veganismo.
Con el pasar de los años se fueron agregando más argumentos y evidencias alrededor del veganismo y la concerniente defensa de los Derechos Animales, a través de investigación científica, repercutiendo en el 2012 en la declaración de Cambridge, Inglaterra, donde hubo un pronunciamiento realizado por neurocientíficos sobre que existe evidencia contundente para determinar que cuando menos la mayor parte los demás animales poseen conciencia.
Aunado a ello existen instituciones de salud a nivel mundial que se han pronunciado también en el sentido de que el veganismo es compatible con una vida sana en cuanto a alimentación se refiere.
Cada día aparecen más opciones libres de explotación animal, por lo que cada vez hay menos excusas sobre la cuestión práctica del veganismo.
¿El concepto del veganismo podría ser escudriñado? Sí, pero habría que tener argumentos sólidos basados en evidencia contrastable para poder hacer alguna modificación.
Es verdad que se necesita una base teórica sólida para poder actuar con mayor certeza (paradigma), pero los conceptos y teorías en sí deben estar siempre a prueba, deben ser susceptibles de ser analizados y solo deberán permanecer intactos en tanto no hayan sido encontrados razonamientos con el suficiente peso lógico y evidencias que hasta ese momento no hayan podido refutar a las que sostienen al paradigma vigente.
Los paradigmas no deben caer en ser nunca un dogma, sino ideas en constante escrutinio. Se auscultan y si no pasan la prueba, se puede generar un nuevo paradigma («La estructura de las revoluciones científicas», Thomas Kuhn).
Igual sucede con el resto de conceptos, por ejemplo el bienestarismo, el cual promulga que tenemos un deber para con reducir o eliminar el sufrimiento así no hayamos producido nosotros dicho sufrimiento. Esto es erróneo ya que nosotros solo tenemos obligación moral de no esclavizar o dañar adrede a otros; más la cuestión de evitar el sufrimiento no es en sí una obligación; sino en todo caso podría ser una virtud ayudar a otros que estén sufriendo, y siempre que dicha ayuda no implique olvidarnos de nosotros mismos como personas, de no convertirnos en simples medios para beneficio de otros, ya que estaríamos irrespetándonos a nosotros mismos; y por supuesto, que tampoco implique esclavizar o abusar de otros so pretexto de reducir o eliminar su sufrimiento.
Y de ese bienestarismo se desprenden otra serie de dogmas como lo de que el problema es la crueldad o el maltrato animal; promover vegetarianismo como un paso hacia el veganismo; «todo suma»; «todos vamos en el mismo barco»; y demás cuestiones que son repetidas sin cuestionamientos por sus promotores.
Cuando alguien rompe con el dogma del especismo de primer adoctrinamiento, está haciendo a un lado una serie de creencias fundamentadas en cuestiones culturales y en paradigmas que se convirtieron en dogmas debido al sesgo especista de parte de la comunidad científica.
Así mismo muchos nos fuimos desprendiendo de varios dogmas externos al veganismo, y siempre debemos estar ávidos de aprender, de sí, defender nuestra postura con argumentos y evidencias, pero estar abiertos a que podemos corregir, modificar o incluso romper con paradigmas antes que se conviertan para nosotros en un dogma.
Es probable que pasemos por un período de disonancia cognitiva, tal como nos sucedió al romper con el no veganismo, pero lo incorrecto no es que nos suceda, sino no salir de ese estado mental y poder dilucidar cuando los argumentos son razonables.
Aún dentro del enfoque abolicionista, así ya tuviésemos años en el activismo y hubiésemos leído «N» libros, y hubiésemos tenido «N» experiencias dentro del mismo, no significa ni que no haya posibilidad de cometer errores ni que no debamos corregir, sino que el conocimiento es dinámico y si realmente nos interesa la causa vegana, debemos corregir porque de ello depende el avance del veganismo y la ruptura de los dogmas que son contrarios a la justicia hacia los demás animales.
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