Este artículo es una respuesta al ensayo del mismo nombre «Veganismo: Ideología vs Resultados», en el que respondo puntualmente a cada punto que él trata en dicho escrito. Este activista ha tomado mucha relevancia dentro de los animalistas bienestaristas en los últimos años, haciéndose llamar «el vegano estratega». A continuación cito sus argumentos y enseguida de cada uno mi respuesta.
Como saben quienes leen mi blog, me gusta desafiar el concepto de veganismo una y otra vez. ¿Por qué? Porque:
1) Creo que todo – todo – debe ser cuestionado una y otra vez, no por el hecho de cuestionar en sí mismo, sino que porque el pensamiento crítico hace de nuestras ideas, sueños y tácticas, mejores, más nítidas y más eficaces.
2) Porque creo que hay mucho más para ayudar a los animales que solo limitarse a ser un vegano aparentemente consistente.
Sí, insiste en «desafiar» el concepto de veganismo una y otra vez, pero no basándose en vindicar el respeto por los demás animales, sino para convalidar la explotación animal, en su acepción de reducetarianismo o flexitarianismo, vendiendo esas ideas como medios para supuestamente llegar a un mundo «vegano».
Sí puede ser cuestionado y debe ser cuestionado todo, pero el pensamiento crítico debe ser razonado y acorde con la ética, cuestión que constantemente menosprecia Leenaert cada que dice o escribe algo. Pareciera que para él la ética estorba, como se podrá apreciar en ese ensayo y en general en su postura.
El veganismo no se enfoca en ayudar, en el sentido de mera solidaridad, a los animales no humanos, sino en respetarlos. Un animal no humano que ya ha nacido, no podemos hacer nada por dicho sujeto siendo veganos, porque aunque no fuese adquirido seguiría bajo el estatus de propiedad mientras esté bajo el dominio de algún humano. Quizás sólamente sería una ayuda si se convence a quien se adjudica la posesión de dicho sujeto o sujetos no humanos, de que se haga vegano y deje por ende de explotarlos, pero el hecho de ser veganos no necesariamente repercute en ayuda a los animales no humanos que ya están siendo explotados, sino que con el tiempo sólo se evitaría que se trajesen más al mundo para dichos fines. El veganismo no es mera solidaridad, sino un deber moral.
Obviamente, no todo el mundo aprecia este cuestionamiento del veganismo, como concepto, una práctica o una estrategia. Mucha gente cree saber exactamente qué es el veganismo, qué papel juega, cuán necesario es y quién es vegano y quién no lo es. Para esas personas, todo es muy simple: el veganismo ha sido definido algunas décadas atrás, por Donald Watson (como el evitar los productos de origen animal en la medida de lo práctico y posible). Simplemente haces lo que se dijo. No importa que esto sea una frase vaga o subjetiva. Sin importar que Watson y sus amigos de la Vegan Society diesen la bienvenida a cualquiera que estuviera de acuerdo con los objetivos, independientemente de si fuesen veganos o no.
Pues con este párrafo quien demuestra no saber qué es el veganismo es Leenaert. Donald Watson hizo una definición (o más bien descripción) basado en prácticas, pero esa definición por ser tan reducida, no tiene sustento sólido respecto a la esencia abolicionista por la que el mismo Watson creó la palabra veganismo y el movimiento en sí, que se refería a la emancipación de los demás animales, de manera análoga a la abolición de la esclavitud humana. Leslie Cross fue quien tras un proceso de reflexión y argumentación, definió al veganismo como «la doctrina de que el hombre debe vivir sin explotar animales». No tiene nada de vano ni subjetivo, sino que es coherente con el objetivo de liberar a los animales no humanos de la dominación humana. El que Watson y otros dejasen ingresar a miembros no veganos a la sociedad no dice nada respecto al deber de asumir el veganismo como un principio ético. Es caer en una falacia ad antiquitatem (apelación a la tradición).
Como he dicho anteriormente, he sido vegano por 17 años, por lo que mis críticas a los veganos y al veganismo deberían ser leídas de manera distinta de aquellas que generalmente hace alguien que come animales. Yo las hago, como he dicho, con la esperanza de que seamos más efectivos. Lo que quiero hacer aquí es tomar una breve mirada a por qué la gente es vegana, cuál es el impacto de esto y cuáles son algunos de los problemas que existen.
Pondría en entre dicho que sea vegano Leenaert por las cosas que promueve, pero aún si lo fuese, los argumentos tienen peso por sí mismos, no dependiendo de quien los exponga. De nuevo cae en falacias, en esta ocasión la falacia ad verecundiam (apelación a la autoridad). Además se obsesiona con relacionar veganismo con dejar de comer animales, evidenciando su obsesión con dicha práctica e invisibilizando o minimizando a cualquier otra forma de uso. El que alguien no coma animales, no lo hace vegano, ya que puede dejar de hacerlo por muchos motivos, no necesariamente porque rechace todo uso de animales no humanos porque les reconozca valor inherente.
Comienza a referirse a efectividad, como un arma arrojadiza para aplastar al principio ético mismo del veganismo, reitero, como si la ética fuese algo que estorba, y sólo los resultados importasen.
Cuando juzgamos la moralidad de una acción, podemos juzgarla en términos de 1) sus resultados y 2) si es correcto o no que una persona haga esa acción. Estas son dos cosas diferentes. Para verlo más claro, imaginemos que por cada persona que se hace vegana, alguien imaginario empieza a comer el doble de productos de origen animal por lo que el impacto del vegano se vuelva neutral y por tanto la acción de los veganos deja de tener–resultado–alguno (punto uno). Ser vegano por definición en este caso parece tener menos importancia o urgencia, pero la mayoría de nosotros – incluyéndome – lo seríamos de todas maneras, simplemente porque encontramos que no está bien comer animales (y puede que hayan otras razones, pero son asuntos diferentes).
Aquí al menos se denota que Leenaert es perfectamente consciente de lo que hace, cuando menos respecto a hacer la distinción entre juzgar en base a resultados (utilitarismo) o en base a las acciones en sí mismas (deontologismo). Aquí ya veo que comienza a llevar su discurso hacia menospreciar al veganismo y ponderar las consecuencias de los actos. Es verdad que los objetivos son importantes, pero los medios para llegar a ellos deben ser acordes al objetivo mismo, no contrarios. Como ya hice una analogía en un ensayo anterior, podría suceder que hubiese una red de tratantes de menores, y para capturarlos se recurriera a que un agente se infiltrase y llegue a cometer una violación, y se pretenda decir que eso estuvo justificado para capturar a esa red de pederastas. Por supuesto que no estaría justificado, por más que con esa acción se hayan liberado a muchas víctimas.
Con lo anterior, apuntalo que, por supuesto que tiene importancia ser vegano, y por cada nuevo vegano se extiende más en la conciencia colectiva dicho principio ético, pero aún así fuese un solo vegano en el mundo y con ello no moviese una pizca la explotación animal, seguiría siendo un deber moral ser vegano, así como debemos rechazar el no reconocer el valor inherente de los demás sujetos rechazando sus manifestaciones representadas por el sexismo, racismo y clasismo y cualquier acto similar, así tuviera supuestamente un impacto «neutro». El actuar de acuerdo a principios éticos como la igualdad y la justicia, es algo que intrínsecamente es bueno, no es bueno dependiendo de las consecuencias. Aún si las consecuencias no fuesen las esperadas, esa es una cuestión que no tiene que ver con el juicio de los actos, ya que la intención en base a un conocimiento de la Ética es lo que es relevante para el actuar.
Reitero que es importante y urgente ser veganos, porque es lo justo, es lo que podemos hacer ahora mismo, y a largo plazo es lo que haría tener una sociedad vegana. Sin embargo, así no tuviésemos nunca un mundo vegano, si nos importa la justicia hacia los demás animales, debemos ser veganos y difundir veganismo, así como aunque nunca tuviésemos un mundo sin sexismo, racismo ni clasismo u otras manfiestaciones del irrespeto al valor inherente, seguiríamos obligados moralmente a rechazar la discriminación del respeto al valor inherente a otros sujetos.
En el comentario final de ese párrafo, me parece, intenta reivindicarse y no parecer muy obvio en su menosprecio al veganismo, dice que él mismo sería vegano porque no estaría bien comer animales. Él mismo se posiciona en un pedestal donde pocos pueden llegar, a pesar que lo formula como una cuestión única o fundamentalmente alimenticia. Posiciona al veganismo como algo a lo que algunos pocos como él (según él) pueden llegar a alcanzar.
La razón numero uno (los resultados) es el principal motivo para ser vegano. Creo que suficientes veganos, junto a grandes grupos de vegetarianos y un grupo mucho más grandes de reducidores, están, lentamente pero por seguro, cambiando la demanda, y así mismo la producción (estimulando el desarrollo de las buenas alternativas y así decreciendo la demanda de productos de origen animal). Por lo tanto, salvamos animales de una vida de sufrimiento (porque sin nuestra demanda, no tienen la necesidad de nacer).
Falso, una cosa es que el objetivo sea emancipar a los demás animales de la dominación humana, y otra que ese sea el principal motivo para ser veganos. Ser vegano es algo bueno/correcto en sí mismo, más allá de los resultados. Él mismo párrafos anteriores menciona que él (otra vez, supuestamente) no comería animales (enfocándose solo en un aspecto de lo que implica ser vegano) porque no es algo correcto, y párrafo siguiente, dice que se es vegano por los resultados…
Reducir el sufrimiento, además, no es la meta del veganismo, sino abolir la explotación animal, primero a nivel individual, es decir, en cada nuevo vegano dicha explotación animal ya no existe, porque ese agente moral la rechaza por ser algo inmoral. Existe explotación animal sin sufrimiento, como zooterapias, animales no humanos usados para asistencia de gente invidente, el mascotismo y la zoofilia (cuando no hay daño físico sino sólo abuso); entonces explotaciones como esas escapan al ámbito de lo que Leenaert considera debe salvarse a los demás animales.
Aquí ya comienza a meter en la misma bolsa a veganos, vegetarianos y reducetarianos. Eso es equivalente a decir que quienes no roban (y rechazan hacerlo porque es incorrecto), quienes solo roban algunas cosas y quienes están reduciendo la cantidad de cosas que roban, están reduciendo los robos, y por ello entonces no hay que ponderar la ética (ideología) sino los resultados. Como si no hubiese diferencia moral entre participar adrede en actos inmorales y rechazar hacerlos, y solo importase su impacto en el resultado.
Veo que mezcla hechos, pero les da un giro para cambiarle su semántica y validar su utilitarismo. Por ejemplo, es verdad y de hecho es una obviedad, que si dejamos de demandar productos y servicios que impliquen explotación animal, menos animales tendrían que ser traídos al mundo; pero entonces esa lógica que pone para subestimar a los veganos aplicaría igual para el resto de gente que él menciona, como los vegetarianos y los reducetarianos, su impacto sería «neutral» si el ser inventado que dice aumentase su consumo al doble, pero ese ejemplo parece ser solo lo puso para dejar de ver al veganismo como algo que se deba hacer, sino como una simple opción entre varias para «ayudar» a los demás animales. Sin embargo, reitero, que independientemente del impacto, el fin no justifica los medios, lo que es más, los medios deben ser en sí mismos éticos porque como agentes morales estamos obligados a respetar a los demás sujetos, y eso incluye a las personas no humanas.
Eso de lento pero seguro, es cuestionable, no sé de donde saca lo de seguro. Un «vegano» como a los que él se refiere, que no consuman por salud y/o medio ambiente, no tiene nada de seguro siquiera que rechace todo uso ni que permanezca con esos hábitos si encuentra la manera de seguir usando animales sin poner en riesgo su salud o el medio ambiente. Un vegetariano y reducetariano siguen pensando que los demás animales son recursos, aunque de dientes para fuera digan otra cosa, sus actos refieren que no consideran que sea un deber moral rechazar la explotación animal, entonces ¿qué es eso seguro a que se refiere Leenaert? Más bien parece que lo seguro es que eso no es respeto por los demás animales.
Razón número dos. La aparente moralidad de un acto, es importante para mí, pero es secundario. Si uno está de acuerdo con que el consumo de animales está mal, pareciera que es algo que es siempre incorrecto de hacer, independientemente de las circunstancias y consecuencias. Pero no es difícil imaginar situaciones en las que si comemos algo de origen animal, no hacemos diferencia alguna en cuanto a resultados. Cuando se nos ofrece algo (es decir, cuando no compramos intencionalmente un pedazo de carne, o un chocolate no vegano por ejemplo) nuestra negativa a comer ese producto no tendrá ningún impacto en la demanda en sí. Por supuesto que con nuestro comportamiento podemos mostrar que no comemos productos animales, algo que se trata de crear conciencia. Pero digamos que no existe tal factor de sensibilización en cuestión. Digamos que hay algún trozo de carne sobrante en algún lugar, y nadie puede ver si lo comes o no. ¿Cuál es exactamente el problema con comerlo? No hay impacto en nadie, y ningún impacto en la demanda. Es un pedazo de carne que se desecha. Los alimentos desechados por los supermercados serían un ejemplo de ello.
Si nos ofrecen algo de origen animal, aunque no paguemos por ello, obvio estamos convalidando el uso de animales no humanos. Es inmoral. Luego cae en una falacia del arenque rojo, porque no es una situación de la que parta la mayoría de la gente para usar animales. Sigue estando mal ver a los demás como recursos porque es violencia cultural. No es un argumento válido para justificar que alguien adrede participe en demandar o promover que está bien que los humanos usemos animales, es absurdo poner esa circunstancia que plantea, porque el 99.99% de las veces no se está en ese escenario ni similar, y lo que se debe discutir es la validación que él hace de la explotación animal en diversas formas.
De nuevo mezcla hechos ciertos con argumentos tramposos. Es verdad que no vulnera esa persona humana los intereses de alguien que ya no es sintiente si no lo asesina ese sujeto por sí mismo ni lo mandó asesinar él y no se apoya la demanda con comer restos de animales que están en la basura, pero eso no es más que buscar resquicios para no sé de qué manera justificar beneficiarse de la explotación animal.
Siguiendo la lógica del «no causar demanda», se caería en el absurdo e injusticia de decir que si un niño está abandonado, no tiene nadie a quien le interese particularmente su vida, no es parte de ninguna organización tratante de explotación de menores y si nadie se da cuenta, entonces (siguiendo el enfoque en «resultados» de Leenaert) podría alguien abusar sexualmente de ese niño sin ejercer daño físico ni emocional, sino aprovechándose de su inocencia manipulándolo, y al no darse cuenta nadie no se da ningún mensaje a la sociedad, quizás el atacante drogó al niño para que no recordase nada de lo sucedido o lo asesina de forma rápida, y no impacta en la demanda por niños para ser abusados. ¿Alguien que considere que los niños merecen respeto actuaría así simplemente porque eso no impacta en los resultados contra el abuso de menores? ¡Por supuesto que no! Me parece increíble que este personaje tenga tantos seguidores y se dejen llevar por los disparates de este tipo. En verdad es indignante.
No estoy diciendo que esté perfectamente bien comer productos de origen animal tirados, pero si no lo es, no siempre será por cuestiones de resultados. En el caso anterior si somos consistentes o no es neutral en términos de resultados. Yo por ejemplo puedo imaginar circunstancias en las que ser consistente tiene como consecuencia efectos negativos netos. He planteado previamente el experimento mental en que se te ofrece comer un bistec a cambio de 100.000 dólares considerando que podrías ayudar a una gran cantidad de animales con ese dinero. La gente que diría que no a este dinero, le está dando mucha importancia al número dos más que al número uno, los resultados en cuanto ayudar animales.
Aquí parece que o subestima a su audiencia o es que simplemente no tiene vergüenza.
De nuevo, si él dice que no está bien usar animales, que él mismo (supuestamente) no lo haría porque es incorrecto, ¿por qué en los demás habría excepciones? No tiene sentido eso. Claro que no es incorrecto por los resultados, es incorrecto porque se irrespeta a sujetos, y es incorrecto por nuestra preocupación con la justicia.
Leenaert primero acepta que participar adrede en la explotación animal delante de otros puede no concienciar, y usa dicha situación para meter el mensaje de que no estaría mal hacerlo a escondidas; ahora dice que no ve problema en aceptar dinero por comer un bistec a cambio de «ayudar» animales con ese dinero. Es decir, se refuta constantemente sus propios argumentos.
¿Avalar la explotación animal es ayudar a los animales no humanos? Claro que no. Aceptar participar en la explotación animal no se justifica por un supuesto fin loable de ayudar a otros animales no humanos. Habla de un bistec usando la misma táctica irónicamente que usan los explotadores para desconectar los productos no veganos de su procedencia. Es decir, no habla de que para que ese bistec existiese, tuvo que ser explotado un animal no humano, y con participar en dicho uso, se está siendo incongruente con el rechazo a la explotación animal. Ese ejemplo que menciona, igual aplicaría para mandar asesinar a un animal no humano, y le ofreciesen dinero por matarlo a cambio de con ese dinero salvar la vida y poner en libertad a muchos otros animales. Esto dejaría más claramente en evidencia que Leenaert, como utilitarista/bienestarista que es, no reconoce en los demás animales un valor intrínseco, sino que los ve como meros medios para lograr un fin. No demuestra que le importe que son sujetos con dignidad, que no desean intrínsecamente servir para fines ajenos a su dignidad, que les importa lo que les sucede, que no son objetos, sino personas no humanas con derechos inalienables. Leenaert no reconoce derechos en los demás animales, por lo tanto no debe considerársele defensor de los derechos animales, sino un explotador de animales.
Por supuesto podemos no hacer estos experimentos y odiarlos, pero si los tomamos en serio, como deberíamos, podemos ver que la consistencia dogmática no entrega automáticamente mejores resultados para los animales.
Lo dogmático es poner a los resultados como lo único importante, usando a los sujetos no humanos como meros medios en pro de dichos resultados. Además dichos resultados a que se refiere no se corresponden con justicia hacia los demás animales siquiera, sino ir por la vida vulnerando el valor inherente de unos so pretexto de «ayudar» a otros, como si la vida y libertad del sujeto implicado valiera menos por ser uno solo o por ser menos cantidad. Su vida y libertad es valiosa para sí mismo, independientemente de las valoraciones externas. No son matemáticas, es justicia, y la injusticia no se alcanza por medios injustos.
Al parecer – juzgando por algunas de las críticas que obtengo por estas publicaciones – es necesario señalar que no estoy diciéndole a los veganos que hagan excepciones sin ninguna razón. Si muchos veganos no quieren hacer ninguna excepción bajo ninguna circunstancia, ¿quién soy yo para quejarme por ello? Tal vez su comportamiento bajo principios 100% coherentes tiene algún beneficio o consecuencia positiva también. Simplemente no es el enfoque que yo elegiría. Sin embargo, sería bueno que por el contrario cuando alguien decida hacer estas consideraciones pragmáticas para el beneficio de los animales, no sea acusado de todo tipo de cosas (como de no ser vegano o hasta de ser anti-vegano, aunque solo hablemos de tolerar subproductos o ingredientes mínimos y no sobre tomar pequeños bocados de carne o una rebanada de queso de vaca). Más al respecto en “Cómo no ser un vegano odioso“
Claro, lo que dice es que cada quien haga lo que le de la gana, en pocas palabras. ¿Coherentes 100%? Creo quien necesita reflexionar si realmente le interesan los animales es a quienes como Leenaert, no entienden que no se habla de porcentajes, sino de rechazar aquellos usos que está en nuestras manos rechazar. Así de sencillo, eso no es ciencia de cohetes. No es utópico (aunque Leenaert parece esforzarse en hacerlo ver así).
Si alguien participa adrede en la explotación animal, ¿cómo quiere Leenaert que le llamemos?, ¿vegano? Siendo que está difundiendo cuestiones que no tienen que ver con el veganismo, sino con participar adrede en la explotación animal.
No estoy atacando a las personas que quieren ser totalmente consistentes y “puras” (la mayoría de las personas me describirían consistente y puro, por cierto). Lo que estoy diciendo es que a veces, en algunas situaciones, vale la pena considerar la alternativa a ser totalmente inflexible. O más bien, se puede considerar ser consistente con el objetivo del veganismo (reducir el sufrimiento y perjuicio hacia los animales) en lugar de serlo con la definición de veganismo.
No sé de dónde saca e insiste que el objetivo del veganismo es reducir el sufrimiento hacia los animales (quizás de alguna definición inválida moralmente sobre veganismo). Ya lo expliqué párrafos atrás que no es así.
La definición y el objetivo van de la mano, plantear una división entre ambos es como decir que podemos no ser congruentes con el concepto de no oprimir a gente por su color de piel, pero ser congruentes con el objetivo del antirracismo. Es absurdo.
Todo esto puede parecer trivial y sin importancia, pero no lo es. De lo que estamos hablando – y de lo cual escribiremos más en el futuro – es sobre la diferencia entre la ideología y el impacto concreto. Con demasiada frecuencia, seguimos una ideología por el bien de la ideología, sin prestar atención al efecto real de seguir esa ideología. Sin embargo, a veces ignoramos que en definitiva, es a los resultados a lo que apuntamos. O por lo menos, es a lo que yo voy.
Estas palabras casi calcadas las he leído infinidad de veces en las redes sociales, y luego se nos acusa a los veganos (es decir, quienes sí adscribimos al principio ético) de ser dogmáticos, «Francionistas», siendo que muchos de quienes nos acusan de ello son quienes solo transcriben lo que sus ídolos bienestaristas dicen. Los actos son seguidos de una ideología, de hecho lo que está planteando Leenaert es una ideología en sí misma también, una ideología de guiarse por las consecuencias, es decir, el consecuencialismo y más específicamente; utilitarismo. Difícilmente un agente moral actuará sin una ideología, es decir, sin ideas o creencias detrás, erradas o acertadas. No se sigue una ideología por el bien de la ideología, sino porque esas ideas nos sirven de guía para actuar correctamente, de hecho Leenaert irónicamente plantea algo así, es decir, plasma que lo correcto según su punto de vista, es no enfocarse en los actos mismos, sino en buscar los resultados que «ayuden» a los demás animales. Creo ni siquiera es alguien con ideas claras, se contradice constantemente, y sus dichos no distan de los que cualquier no vegano hijo de vecina pudiera plasmar.
En resumen, este personaje parece dedicarse a promover excusas para explotar animales. Además se obstina en presentar al veganismo como una cuestión meramente dietética, desechando el principio ético y con ello invisibilizando o minimizando cualquier otra forma de explotación animal.
No, no somos veganos principalmente por las consecuencias, sino porque lo mínimo que le debemos a los demás animales es respeto, y dicho respeto es no explotarlos, no considerarlos recursos ni propiedades moralmente, y actuar acorde a ello.
Ensayo al que doy respuesta: http://veganstrategist.org/2017/04/03/veganismo-ideologia-vs-resultados/?lang=es
Deja una respuesta