El sensocentrismo es una trampa para camuflar e introducir al bienestarismo dentro del animalismo, incluso buscando hacerlo pasar como compatible con el veganismo.
El sensocentrismo afirma que la consideración moral está centrada en la sintiencia (Sensocentrismo. Ciencia y ética; Saiegh, Yamil), es decir, que los seres sintientes son quienes merecen respeto. Toma a la sintiencia como criterio de consideración moral. También hay quienes hablan del sensocentrismo como una cosmovisión ética opuesta al antropocentrismo, poniendo a los seres sintientes como el centro de consideración moral. Otros dicen que el sensocentrismo pone a la sintiencia como el centro de la ética. Hay definiciones variopintas, pero ninguna de ellas es una definición real en el sentido de estar apegada a una lógica en función de una verdad moral.
No es que esté equivocada la afirmación de que los seres sintientes merezcan consideración moral, pero sí el que digan que la consideración moral está centrada en la sintiencia o que ésta es el criterio ético, ya que omiten que la sintiencia es una mera capacidad biológica, y de sí misma no se explica por qué es que sentir es importante dentro de la ética. Decir meramente que los seres sintientes merecen consideración moral, por ser sintientes, es caer en una falacia de petición de principio y naturalista. Hay que ofrecer razones, que sí, deben basarse en los hechos físicos y lógicos, pero sólo basarse en hechos, es querer establecer principios sin que se basen en algo evidente por sí mismo, o estableciendo cuestiones normativas (merecer consideración moral) directamente de cuestiones naturales (sentir).
Para visualizar a la ética se requiere hacer un análisis razonamiento lógico para concluir si es correcto y verdadero, tomando en cuenta la naturaleza de los seres (ontología), para iqué es valioso intrínsecamente en esos seres para esos seres (por ejempo, sus intereses fundamentales), que nos permita entender qué tipo de valor tienen los seres (axiología), y derivado de esto, reconocer y asumir principios morales como el de igualdad y la cuestión de los derechos morales, derivados del principio lógico de identidad.
El sensocentrismo, tiene esa vaguedad conceptual que permite la arbitrariedad en los juicios morales. Mi tesis es que es simplemente un intento más del subjetivismo moral de «evolucionar» para intentar persuadir a la gente en pos de fines hedonistas (https://dle.rae.es/hedonismo). Ya lo intentó con el emotivismo, luego con el utilitarismo, que a su vez ha permeado al animalismo mediante el bienestarismo moral (bienestarismo utilitarista); ha mutado en corrientes como el utilitarismo del acto (el más conocido, que se refiere a calificar los actos según si traen mayor felicidad ) utilitarismo negativo (reducción del sufrimiento), utilitarismo de la regla (califica las reglas según si su seguimiento trae mayor felicidad), de preferencias (satisfacción de intereses en pos de alcanzar la felicidad máxima) y lo más reciente es el sensocentrismo.
¿Por qué el sensocentrismo deriva del utilitarismo?
El sensocentrismo incurre en los mismos errores de sus antecesores subjetivistas, pero su enlace directo está en el consecuencialismo, en su modalidad de utilitarismo (plato.stanford.edu/entries/consequentialism):
- Se basa en una falacia de petición de principio. Así como en el utilitarismo, la cuestión hedonista (la felicidad como cuestión a alcanzar sin importar el cómo) es una finalidad que se presenta como justificada por sí misma; así en el sensocentrismo, la sintiencia se ofrece como un criterio que suponen (los sensocentristas) tendría que ser evidente por sí mismo para asumir cuestiones morales (merecer consideración moral).
- En concordancia con lo anterior, también cae en una falacia naturalista, como lo es cualquier subjetivismo y las teorías sobre la moral de índole teleológico, al partir del «ser» a un «deber ser»; es decir, basándose en un mero hecho (lo que es) establecer cuestiones normativas (el deber ser, en relación a una consideración moral), como es el caso de que a partir de la mera sintiencia (cuestión natural) afirmar sin más, que eso es un criterio ético propiamente hablando.
- Cae en relativismo y subjetivismo moral, ya que al no recurrir a la lógica como fundamento filosófico en busca de una verdad moral, sino instrumentalmente (tomando»prestada» la lógica utilitarista), se apoyan meramente en la sintiencia interpretándola de forma arbitraria, para adaptarla al hedonismo, por lo que la supuesta consideración moral siempre depende no de la ética racional, sino de sus propios sentimientos en relación a cómo le hacen sentir a sí mismo y a la mayoría de afectados, sus decisiones. Es decir, las decisiones del sensocentrista se fundamentan en una visión particular (subjetiva) influenciada por el contexto (relativismo moral), por meramente considerar a la sintiencia como criterio, relegando a la lógica a un papel de racionalización de las acciones.
- Se refuta a sí mismo, por ejemplo cuando es permisible con ideas como el sensocentrismo gradualista, ya que si la sintiencia es el criterio moral, entonces no cabrían cuestiones adicionales como es la inteligencia para crear jerarquías morales. De la misma manera que el utilitarismo no garantiza un igualitarismo moral, al basarse en la cosificación (tratar como cosa) de sujetos en beneficio de un supuesto «bien mayor» o «mal menor» luego de los cálculos utilitarios.
En el ensayo «La ética fundamentada en emociones y la negación de derechos» se desarrolla cómo el utilitarismo tiene estos mismos vicios de origen, cuestión que hereda el sensocentrismo, siendo permisible a la negación de derechos, ya que al no recurrir a la ética racional, es posible ignorar cuestiones como la dignidad y por tanto, los derechos morales, haciendo compatible al sensocentrismo solamente con cuestiones derivadas del subjetivismo, como es el utilitarismo.
Específicamente el utilitarismo de preferencias promovido por Peter Singer [En defensa de los derechos de los animales; Tom Regan p. 205- 210], es el mejor ejemplo del enlace entre sensocentrismo y el utilitarismo, que significa que la consecuencia que se debe buscar es la que satisfaga los intereses (deseos, preferencias) de los implicados, traduciendo esto en una cuestión hedonista derivado de dicha satisfacción de intereses. En la práctica, tanto el sensocentrismo como el utilitarismo de preferencias consideran a los seres sintientes meros receptáculos de experiencias positivas o negativas, y no un valor moral en ellos mismos. Es decir, se basan igualmente, en que lo correcto es aquello que haga sentir placer e incorrecto aquello que nos haga sentir dolor o sufrimiento.
¿Qué es lo que hay que respetar? (Más bien, a quién)
La característica cognitiva de la cual se parte para determinar que se es un alguien y no un algo, es la sintiencia, pero de ello se deben comprender a través de la lógica una serie de cuestiones que van a la par con ella. Para que un ser sea persona, tiene que ser sintiente, es decir, contar con un sistema nervioso funcional que le permita tener noción de lo que le sucede (conciencia), lo que significa interpretar a su propia manera el mundo y así mismo. La sintiencia a su vez hace que se tengan intereses, emociones, sentimientos y voluntad.
Estos intereses, emociones, sentimientos y voluntad están cubiertos por los derechos morales (Derechos Animales), por ser una persona (humana o no humana). Estos derechos morales se consideran derechos fundamentales, es decir: son propios del hecho de ser persona, no son renunciables, son inalienables e independientes del beneficio para otros y del consenso.
La relación entre la sintiencia, ser persona, tener derechos fundamentales (morales) y el valor inherente es mutuamente incluyente, es decir, es indivisible. La unión entre estos elementos es la lógica. Sin la lógica no se pueden hacer derivaciones morales.
Los sensocentristas reconocen que existen diversos intereses, pero en congruencia con el utilitarismo, los reducen a que su fin es la felicidad o reducir el sufrimiento del individuo, así como el utilitarismo pone a la felicidad (a través de satisfacer los intereses de la mayoría) como lo que tiene valor inherente, y al sujeto como mero contenedor de dichas experiencias positivas o negativas. El satisfacer los intereses de los involucrados es perfectamente compatible con incluso matar a alguno de ellos, si esto trajese un balance de mayor placer que sufrimiento si los intereses de la mayoría se satisfacen con dicho asesinato (por poner un ejemplo de cosificación).
Otra cuestión importante es que la sintiencia es una capacidad biológica, y si se dijese que eso es lo que explica por sí misma el respeto a una dignidad, es similar a decir que debemos respetar a todo aquello que sea capaz de visualizar imágenes y procesarlas; con lo que bajo ese concepto, tendríamos que respetar a las cámaras de video. Sin la lógica se convierte en un criterio arbitrario.
La sintiencia es un medio para que el ser (cuerpo) se pueda valorar a sí mismo; no es un fin en sí misma, por lo que el valor inherente lo tiene el sujeto, es decir, el ser que puede autovalorarse.
El sensocentrismo es un dogma, así como lo es el antropocentrismo, el teocentrismo, biocentrismo, geocentrismo, heliocentrismo, etc, dado que ni los humanos ni los dioses, ni la vida ni la tierra ni el sol ni ningún objeto o ser o ente existente y menos inexistente, puede ser el centro conceptual de la ética. No pueden ser el centro de la ética, porque esta se fundamenta en la lógica y esta se puede contrastar con los hechos, mas no es la sintiencia un principio o axioma (algo que no necesite explicación, sino que se considera evidente por sí mismo). Los seres sintientes merecen respeto porque tienen valor inherente, y el resto de seres sólo tienen un valor instrumental, y esta conclusión se basa en evidencias contrastables y axiomas como el de identidad que deriva en la noción de valor inherente (que se corresponde con sus intereses básicos y voluntad), que es lo que nos hace iguales a los sujetos, y por ello nos debemos el mismo respeto básico, que es no ser considerados ni tratados como cosas; en esto se basa el principio de igualdad.
Quizás la confusión reside en creer que como la ética se refiere al respeto o deber directo hacia los sujetos y que con los seres no sintientes no tenemos deberes directos, sino indirectos en función de su valor instrumental, y que el ser sujetos implica ser sintientes, entonces los seres sintientes son el centro, o que la sintiencia es el centro. Esto es erróneo por lo anteriormente explicado, ya que luego de dado un marco de razonamientos se concluya que con los seres sintientes se tiene el deber de respeto por sí mismos, no equivale a que la sintiencia sea un criterio ético por sí mismo, sino solamente es un hecho que se contrasta con principios lógicos para derivar cuestiones normativas (deberes morales).
El veganismo no puede ser compatible con el sensocentrismo, primero porque el veganismo sí se fundamenta en la lógica, en cuestiones como el valor moral de los demás animales, el principio de igualdad extendido hacia los animales que no son humanos, poniendo como base el derecho a la libertad, es decir, el no ser esclavos, no ser explotados. El sensocentrismo no sólo no es compatible con estas nociones de la ética de derechos, sino que es contrario a ello, dada su base subjetivista, relativista y utilitarista, como se explicó anteriormente.
El sensocentrismo desdeña el principio de igualdad, dado tiende a caer en gradualismo moral (sensocentrismo gradualista), confundiendo las capacidades cognitivas como la inteligencia, memoria y en general la complejidad del sistema nervioso; con el hecho de tener experiencias subjetivas, las cuales precisamente por ser subjetivas, no es posible medirlas, ya que sólo el sujeto sabe qué se siente ser él mismo. Esto es permisivo con la explotación de sujetos (humanos y no humanos) que se considere tienen un sistema nervioso menos complejo o capacidades cognitivas (memoria e inteligencia, por ejemplo) menos desarrolladas. Tiene su atractivo para los animalistas en que elimina la barrera del especismo, pero sólo para mantener otros prejuicios como es valorar en base a otros criterios irrelevantes dentro de la ética.
Los deontologistas (que es la teoría sobre la moral coherente con el veganismo) no podemos suscribir a lo que propone el sensocentrismo, porque consideramos que el valor inherente o moral lo tiene el individuo/persona misma, y que este es quien posee o usa a la conciencia (sintiencia) como medio para autovalorarse, y que frustrar o beneficiar los intereses de dicho individuo no necesariamente se corresponde con respetar la dignidad de los sujetos.
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