Animalismo, veganismo y lenguaje

Existe ya en este blog una aclaración breve en la sección Conceptos, acerca de el término animalismo. En este ensayo pretendo ahondar un poco más sobre esto dado que veo que existe confusión al respecto.

El animalismo es ir más allá del interés por los animales humanos, dado que se reconoce que el humano es un animal más dentro del universo, por lo que la preocupación incluye a animales de otras especies además de la humana.

¿Decir «personas no humanas», «animales no humanos» o «los demás animales» es antropocentrista?

No. Se dice personas no humanas y animales no humanos porque existen personas humanas y no humanas, y animales humanos y no humanos, simplemente tendríamos que decir también personas humanas y animales humanos, dado el contexto social actual para que se sepa a qué personas y animales nos referimos como las víctimas del no veganismo, es decir, específicamente las personas no humanas o animales no humanos.

Por ejemplo, si hablamos de animales machos o hembras, lo más propio sería decir machos humanos o hembras humanas si hablamos de hombres o mujeres respectivamente, ya que existen machos y hembras no humanas o de otras especies.

Se puede decir «personas de otras especies», pero semánticamente es lo mismo, es decir, se sabe que nos referimos a personas que no son de la especie humana, entonces no tiene sentido enfocarnos en algo que en sí mismo no aporta algo distinto en la discusión sobre el respeto que debemos a los demás animales.

Lo único que representa esto es una división por cuestiones prácticas, porque si decimos simplemente personas, no se sabe si es personas humanas o no humanas, y si decimos personas de otras especies o personas no humanas da lo mismo, porque estamos diciendo que no sólo somos personas los humanos sino también el resto de animales. Todas las personas somos animales.

¿Los veganos somos animalistas?

Por supuesto. Hablando coloquialmente, un animalista es simplemente un animal humano que tiene preocupación por animales además del humano, por lo que los veganos al interesarnos en animales no humanos, somos animalistas, es cuestión de lógica elemental. Otra cosa es que existan «animalistas» que no son veganos (bienestaristas), ya que su preocupación se limita al sufrimiento de los animales no humanos, y no por respetar su valor inherente; cosa que sí hacemos los veganos, siendo congruentes con la noción de justicia hacia las personas o animales de especies distintas a la humana.

Es cierto que un animalista tendría por coherencia que preocuparse por los animales humanos también, dado que somos animales, pero un vegano al preocuparse por animales no humanos, así no se preocupase por humanos, seguiría siendo animalista dado que se preocupa por animales. El animalismo como se concibe socialmente, no engloba en sí mismo la ética respecto al respeto al valor inherente de los animales no humanos, pero el veganismo al estar enfocado en animales no humanos, aunque esto no incluya a los animales humanos, es parte del animalismo.

Debo recalcar que me he referido a términos coloquiales, sin embargo, si nos guiamos por la lógica, un animalista debería ser alguien que respete a todos los animales sintientes. Quizás deberíamos considerar simplemente llamar bienestaristas a aquellos que su preocupación respecto a los demás animales se concluye en el mero bienestar, y no animalistas. Pero para fines de aclarar a qué se refiere la gente del común cuando utiliza éste término, pretendí hacer dicha distinción previamente desarrollada.

Decir que hablar de animalismo es antropocentrista porque incluye a los humanos, es como decir que hablar de Derechos Animales es antropocentrista porque estos también incluyen derechos básicos fundamentales tanto de animales no humanos como de animales humanos. Ser vegano sin ser animalista es similar a decir que se rechaza la esclavitud humana sin ser humanista.

Lenguaje en el activismo

El lenguaje utilizado sí es importante en el activismo para romper paradigmas, pero tampoco se trata de cambiar por cambiar ni de enfrascarse en cuestiones que ni siquiera influyen en un cambio de mentalidad.

La mayoría de la gente acepta que los humanos somos animales, y eso no hace por sí mismo que se adhieran al veganismo, aunque puede dejar un marco de referencia común, es decir, sólo podría coadyuvar a una disonancia en quienes consideren que no somos animales; por otro lado, decir «personas de otras especies» tampoco es radicalmente distinto a decir «personas no humanas», ya que se entiende que nos referimos a personas de diversas especies donde no está incluida la humana, es decir, «personas no humanas» como mencioné anteriormente.

Si se comprobara que hay agentes morales además del humano, y pudiésemos comunicarnos con ellos, tendríamos que referirnos a los animales que no son ellos, como «los demás animales» o «personas que no son ‘X especie’ » para que estuviera cierto ese sujeto sobre a quiénes nos referimos. Lo que sucede es que debido a cuestiones taxonómicas se decidió identificar a cada sujeto animal de acuerdo a características biológicas, y con ello nos referimos a cada uno con un nombre específico: caninos, felinos, aves, peces, moluscos, insectos, etc, y si bien en esto de «los demás animales», «personas no humanas» y «animales no humanos» se puede decir que marca un «ellos» y «nosotros», también se entiende que tiene una función de practicidad para no nombrar de uno en uno a cada especie, la cual a su vez es simplemente una cuestión de categorización.

Una cosa es hablar de especies para categorización y referencia para con quienes se dirige la información; y otra distinta es tomar como criterio moral la especie para respetar a alguien. Podemos reconocer que existen hembras humanas y machos humanos o mujeres y hombres, y esto no significa que estemos siendo especistas porque también hay hembras y machos que no son humanos; así mismo, hablar de que existen personas humanas y personas no humanas no es oprimir ni discriminar arbitrariamente a nadie.

En lo personal no me gusta utilizar simplemente la palabra «animales» para referirme a los animales no humanos, y simplemente humanos por otro lado, como si no tuviesen nada en común, entonces creo lo ético y eficaz es hablar de «personas no humanas«, aunque tampoco veo mal decir «los demás animales», «animales no humanos» e incluso «personas de otras especies», porque hacen referencia a que compartimos cosas en común, más el hecho de referirnos a quienes no son de nuestra especie como personas causa al menos curiosidad en los no veganos, si bien esto en sí mismo no lleva al veganismo, puede provocar en el interlocutor saber por qué es que pensamos que no existe diferencia sustancial como sujetos entre individuos de distintas especies, respecto a la ética.

Lo que sí es importante en nuestro lenguaje es no hablar de que la explotación animal está mal (de raíz) porque hay maltrato, sufrimiento, crueldad y/o porque perjudica o beneficia a la salud o el medio ambiente; esto sí es mucho más importante a la hora de abordar un mensaje abolicionista de la explotación animal, así como el concienciar que usar como referencia a animales no humanos como sinónimo de insulto y cuestiones desagradables, es parte de la mentalidad antropocentrista, por ende, es inmoral. Lo importante es enfocar nuestro discurso en torno al respeto por el valor inherente de las personas no humanas, y explicar que ello implica ser veganos hoy mismo.

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