No soy simpatizante de mencionar números respecto a la cantidad de víctimas de una opresión, básicamente por dos motivos: las víctimas no son números, son personas; derivado de esto, dado que se trata de personas, no es más ni menos condenable moralmente si se irrespeta a 1 que si se irrespeta a millones o billones. Lo que suele suceder cuando decimos: «explotamos a ‘N’ cantidad de animales no humanos», lo que hay detrás es la intención de impresionar, y con ello convalidar que debemos poner más atención a aquello que afecta a más sujetos.
La mentalidad no vegana hace que se piense que está bien que decidamos quiénes y cuántos sujetos no humanos deben existir o dejar de existir, bajo ciertos pretextos, que van desde lo antropocentrista hasta lo meramente utilitarista o una combinación de ambos, para intentar justificar que se domine a los demás animales en todos los aspectos, incluso a aquellos que viven fuera de los asentamientos humanos.
El ecologismo que no tiene como base moral al veganismo, por consecuencia ve a los demás animales en función del beneficio o perjuicio que se considere causan a los ecosistemas, etiquetando así a grupos de personas de otras especies (personas no humanas) como «invasoras», «nocivas», «plagas» y demás adjetivos peyorativos, dado que no les interesa respetar su libertad, sino que los ven como un obstáculo para sus fines, que son meramente beneficios para los humanos o para especies de animales que ellos consideren son benéficas para «mantener un equilibro» ecológico.
Así, cuando una especie es calificada de alguna de las formas anteriormente citadas, se procede a aniquilarle. En realidad no siempre esto es un aspecto especista, ya que en sociedades de animales humanos se suele relegar y buscar exterminar a los «indeseables», como aquellos Estados o regiones donde existe la pena de muerte, incluso en algunos países se ha dado la esterilización forzada de hembras humanas, todo esto con el objetivo utilitarista de que «el fin justifica los medios» y que hay quienes no merecen existir.
Otros sujetos son incluso extinguidos por la intervención de personas humanas, ya sea de forma directa como en la caza ilegal (o cualquier asesinato en masa), o por contaminación medio ambiental. La caza ilegal se considera por los no veganos como mala, porque no están pagando impuestos, crueldad o porque se asesine a especies protegidas, es decir, aquellas que los no veganos consideren más valiosas; sin embargo, cualquier vulneración a la dignidad de los demás animales tendría que ser mal vista (así sea actualmente legal).
En la mayoría de los usos de personas no humanas para beneficio de personas humanas, lo que sucede es la cría de sujetos no humanos para que siempre exista un número suficiente para satisfacer la demanda. Se obliga a nacer a personas no humanas con el propósito de que sean esclavos de los humanos, ya sea proporcionando trabajos forzados mediante manipulación o sometimiento, o terminando siendo asesinados para ser convertidos en productos para comida, vestimenta y cualquer otra cosa que la mentalidad no vegana imagine.
Existe esa hipocresía de que se explota a los demás animales «porque sino se extinguirían» (se les explota «por su bien»…), o su contraparte: «porque si no los explotamos, sobrepoblarían el planeta». Verdaderamente es demencial esto, y se cae en ese tipo de contradicciones porque lo que hay detrás es la intención de seguir explotando animales, pero ante el cuestionamiento viene esa disonancia cognitiva que hace que se responda con argumentos tan absurdos como los mencionados.
Por otra parte, las argucias del pensamiento no vegano podrían esgrimir argumentos como de que entonces hay que explotar animales no humanos en formas en que no haya uno realizado ni fomentado la cría ni se les extinga ni extermine, por ejemplo «adoptando» animales no humanos ya sea de la calle o del cualquier otro lado, y se les explote, so pretexto de que «se les quiere» o cualquier otra excusa del no veganismo.
Ya sea que se les crie como mascotas, para comer, vestir, experimentar, trabajo, etc; se les extermine o extinga contaminando sus hábitats por no buscar alternativas ecológicas que tengan como base al veganismo; asesinándolos directamente; o que se les explote sin incurrir en ninguno de estos casos; la cuestión es que se les domina sin ninguna justificación ética, sino con el único fin de servir a los deseos de los no veganos que consideran que existen para lo que se les ocurra, y que cada especie de sujetos no humanos debe justificar su existencia en base a los parámetros que los mismos animales no humanos no veganos consideren.
Las analogías serían que se dijese que debemos explotar indígenas y criarlos para mantener la «diversidad racial», o que si no se asesina a ciertos animales humanos, estos se reproducirían sin control «sobrepoblando la Tierra» o buscar extinguir a aquellos sujetos humanos que se consideran indeseables, calificándolos de plagas y para reducir el sufrimiento en el mundo, por ejemplo a través de la esterilización o el asesinato. Así tampoco sería ético buscar una argucia diciendo que se secuestró a un niño indígena abandonado, que no se está fomentando su cría ni se le está exterminando ni extinguiendo, y escudarse en eso para intentar justificar su explotación.
Al ser considerados moralmente propiedades y recursos a los demás animales, se dan este tipo de situaciones donde los esclavistas deciden todos los aspectos de la vida de sus esclavos. Así ha sucedido históricamente.
Se les ve a los demás animales como un conjunto o grupo de entes y no como individuos que valoran su propia vida.
Todos los sujetos, independientemente de su especie, deben ser respetados, y esto es, aplicando el principio de igual valor inherente, dado que son personas, que tienen intereses, emociones e intenciones, por lo que un supuesto «bien mayor» o el beneficio de cualquier externo a dichos sujetos, no puede estar por encima de la dignidad de ninguna persona de cualquier especie. Esto es, siendo veganos y defendiendo los Derechos Animales.
Como menciona Regan [1], los beneficios que unos puedan obtener a costa de la violación de derechos de otros, jamás justifican dicha violación de derechos. Es decir, debemos respeto a otros sujetos, este es bilateral en el caso de agentes morales y unilateral en el caso de agentes morales para con los pacientes morales (donde los demás animales se encuentran). Este respeto se refiere a no vulnerar los derechos morales de ningún sujeto independientemente de la especie, en tanto que son personas.
Referencias:
Deja una respuesta