Resumen de la teoría expuesta por Gary L. Francione

Este es el primero de varios artículos donde me enfocaré en mostrar de manera puntual los planteamientos principales de varios activistas animalistas, para que quien no tenga la oportunidad de leer sus obras completas, se de una mejor idea de qué es lo que proponen y las diferencias entre ellos.

Por supuesto, quien así lo desee puede corroborar esto yendo a las obras de estos autores e indagar más a profundidad.

No son biografías, sino un listado de principios o formulaciones en que basan sus teorías.

Gary Lawrence Francione

Abogado, profesor y activista estadounidense por los Derechos Animales desde inicios de los ochentas (siglo 20).

  • Considera que existe una doble moral entre lo que la gente no vegana dice sobre los demás animales y lo que termina haciendo con ellos, es decir, tratarlos como meros medios para sus fines. A esta incongruencia le denomina «esquizofrenia moral«. La doble moral a que se refiere es que se dice que no se debe infligir sufrimiento innecesario a los demás animales, y por otro lado la mayoría del sufrimiento infligido a los demás animales es por motivaciones como la diversión, el placer, la costumbre y conveniencia, pero no una real necesidad.
  • Principio humanitario: Francione hace referencia a que la gente intuitivamente se opone a causar daños innecesarios a los demás animales, es decir, que la mayoría estaría de acuerdo con la premisa de que infligir sufrimiento sin necesidad a los animales no humanos es incorrecto; sin embargo, el problema como se mencionó en el punto anterior, es que su definición de innecesario no es lógica.
    Este principio se basa en una preocupación por el sufrimiento de los demás animales en sí mismos, no sólo por los perjuicios que esto pudiese traer a los animales humanos. El problema radica según Francione en que este principio parte de la premisa de poner en balance los intereses de los demás animales en no sufrir y los de los animales humanos, y al ser considerados los demás animales propiedad, la balanza se cargará siempre en favor de los animales humanos (por ser los propietarios).
  • El estatus de propiedad (legal) es el que impide que los demás animales sean liberados de la explotación institucionalizada, y propone que en su lugar se considere a los demás animales como personas legalmente. El considerar propiedad a los demás animales implica que sean cosiderados legalmente como las cosas, por lo que su valor es meramente extrínseco, es decir, sólo en funcion de si son útiles para los fines de sus propietarios (los animales humanos). El estatus de propiedad evita que se aplique el principio de igual consideración en la relación entre los demás animales y los animales humanos, por las razones expuestas.
  • Principio de igual consideración: Francione lo considera distinto a otros activistas animalistas, respecto a que sólo considera a la sintiencia como requisito previo para ser incluido en la igual consideración moral. Explica Francione que este principio consiste en tratar a los iguales o similares de manera igual, aunque eso no signifique que dichos sujetos sean iguales en todo, sino en este caso, en el hecho de que son sintientes. En el caso de los demás animales y los animales humanos, el interés en no sufrir es el mismo, arguye Francione, y debe tener la misma consideración a menos que hubiese una buena razón que justifique no hacerlo, y como razones no caben la conveniencia, diversión, placer ni costumbre. Este concepto a que hace referencia Francione se refiere al igual valor inherente, es decir, que todos los animales sintientes tienen un valor propio independiente de valoraciones externas.
  • Derecho básico a no ser tratado como cosa o mero medio para el fin de otros: considera que este es un derecho previo para poder disfrutar del resto de derechos. Este derecho sería necesario para decir que se es una persona y no una cosa o propiedad. Es pre-jurídico y es básico porque no se podría lógicamente decir ni disfrutar de otros derechos en tanto no tiene siquiera derecho a no ser usado como mero medio de otros, como propiedad. Por ejemplo, no se podría defender de manera lógica que alguien tenga derecho a ser libre, a vivir y a ejercer su voluntad, si es considerado una cosa o mero medio para fines de otros.
  • Bienestarismo: ya desde tiempo antes se hablaba del movimiento por el bienestar animal, pero Francione fue el primero en catalogarlo como un «ismo» debido al enfoque en dicho bienestar entendido como la mera preocupación por el trato hacia los demás animales y no en su uso.
  • Neobienestarismo: los nuevos bienestaristas son aquellos que creen que es perfectamente válido pragmáticamente e incluso moralmente apoyar leyes de bienestar animal bajo un contexto de explotación animal, como acción a corto plazo con miras en una abolición de la explotación animal institucionalizada a largo plazo. Estos se diferencian de los bienestaristas clásicos o tradicionales de que estos (los tradicionales) sólo aspiran a reducir el sufrimiento y no a terminar con la explotación animal en ningún momento; mientras los neobienestaristas como se mencionó, sí tienen como intención alcanzar dicha abolición de la explotación animal institucionalizada. Reconce que los partidarios de esta estrategia rechazan la idea de que los demás animales tenga un mero valor instrumental, pero creen que la teoría de los derechos animales es ineficaz en el establecer planes de acción para siquiera cambios graduales en ruta hacia dicha abolición. Apesar de que creen que la teoría de los derechos animales no puede usarse como medio eficaz para la abolición ni cambios graduales en ese sentido, pero creen que en el futuro se podrá hablar de ellos. Arguye que estos nuevos bienestaristas se refieren por derechos animales a cualquier medida que reduzca el sufrimiento en los animales no humanos explotados.
  • Teoría de las mentes similares: así se refiere a aquella creencia promovida por ciertos animalistas acerca de que se debe igual respeto sólo a aquellas especies de animales que debido a su inteligencia, autoreconocimiento y emociones (por ejemplo) se parezcan a los animales humanos. La línea la marcan los animales humanos, por lo que se crea una jerarquía donde se beneficia sólo a ciertos animales en base a características cognitivas ajenas a la sintiencia, que no son relevantes moralmente y que tampoco son exclusivas de todos los humanos ni están ausentes en los animales sintientes en algún grado.
  • Bienestar vs filosofía de los derechos animales: marca la incompatibilidad entre la postura del bienestar animal contra la filosofía de los derechos animales, dado que la primera es permisiva con la explotación animal a diferencia de la segunda que se opone a la misma en razón de que considera existe un valor inherente en los seres sintientes, y estos incluyen a los animales no humanos. No es que no reconozca que los demás animales tengan derecho al bienestar, sino que se opone a las leyes de bienestar animal porque estas avalan el uso de animales no humanos so pretexto de que se les trate «humanitariamente». De aquí se desprende su famosa frase de que el problema no es el trato sino el uso.
  • Campañas monotemáticas: son aquellas enfocadas en usos específicos de animales no humanos, por ejemplo: circos sin animales, no a los abrigos de pieles, antitaurinismo, huevos de gallinas «felices», etc.
    • Estas promueven coaliciones con quienes no son veganos y ya se oponen a dichos usos por considerarlos peores en crueldad que otros, y necesitan de estas coaliciones para poder ganar adeptos, lo que refuerza dicha idea de que unos usos son peores que otros moralmente.
    • Se vuelven los «defensores de los animales» aliados de la industria de la explotación animal implícitamente, al promover de manera tácita la idea de que otras formas de explotación que no son cubiertas por la campaña monotemática son moralmente más aceptables.
    • Considera que estas campañas son especistas en tanto que sólo buscan favorecer a ciertos grupos de animales no humanos implicados en dichas campañas y además de que no se aplicarían (más bien, no se deberían aplicar) las mismas campañas tampoco para casos de animales humanos en situaciones similares.
    • Promueve diferencias entre los actos de unos animales humanos en relación con otros animales humanos, por ejemplo que quienes usan abrigos de piel son peores que quienes usan animales de otras formas; que las formas en que usan a los animales no humanos los asiáti cos son peores que las del resto.
    • No son efectivas. Las regulaciones suelen aplicarse de formas en que beneficien económicamente a los intereses de los explotadores. No pueden ir más allá por el estatus de propiedad. Y no sólo no son eficientes para proteger realmente los intereses de los demás animales ni mucho menos la abolición de la explotación animal, sino queson eficientes para la econocmía de la industria de la explotación y reafirman el paradigma de que deben ser propiedades. Estas medidas simplemente hacen migrar a los consumidores más pudientes de una forma de uso a otra, y los demás permanecerán en la opción más barata, pero no los hará elegir alternativas libres de expotación animal.
    • Son deshonestas, ya que requieren que primero se use la inercia bienestarista de que ciertos usos de animales no humanos son peores moralmente para poder funcionar como campaña «exitosa»; para luego intentar decir que todas son exactamente la misma injusticia (si la intención es la abolición).
  • Enfoque abolicionista de los Derechos de los Animales: junto a Anna Charlton, formularon seis principios, los cuales enfocan el problema en el uso de los demás animales y no en el trato. Tiene también como objetivo diferenciar a aquellos que se dicen abolicionistas pero promueven reformas bienestaristas y campañas monotemáticas, de quienes siguen este enfoque planteado para una defensa coherente de los Derechos Animales. Estos incluyen además una posición transversal de rechazo a otras discriminaciones arbitrarias más allá del especismo:
    • Principio uno: todos los seres sintientes, humanos y no humanos, tienen un derecho; el derecho básico a no ser tratados como propiedad de otros.
      Esto es así por las razones mencionadas anteriormente sobre que ninguna otra característica cognitiva es relevante para poder considerar que alguien debe ser parte de la comunidad moral como una persona y no una propiedad.
    • Principio dos: el reconocimiento de este único derecho básico (no ser propiedad) significa que debemos abolir, y no simplemente regular, la explotación animal institucionalizada, y que los abolicionistas no deberían apoyar campañas de reforma del bienestar animal ni campañas monotemáticas.
      Es el derecho de partida, no significa que sea el único a reconocer. Y no ser propiedad significaría que no habría justificación para meramente regular la explotación animal, ya que no se tiene un mero valor instrumental sino intrínseco. Así mismo, dado que todos los animales sintientes tenemos dicho valor intrínseco, por lo tanto no tendrían sentido las campañas monotemáticas, ya que estas promueven que unos animales no humanos son más valiosos que otros y que unas formas son peores que otras en cuanto al trato.
    • Principio tres: el veganismo es el punto de partida moral y que la educación vegana, creativa y no violenta debe ser la piedra angular de una defensa racional de los derechos de los animales.
      Si no se tiene al veganismo como base moral, los derechos animales no tienen sentido, ya que sería como hablar de libertad bajo un contexto de esclavitud. Y dado que el veganismo es una cuestión de paz, no sería coherente usar medios violentos para promoverlo.
      Existe veganismo y existe explotación animal: no hay tercera opción.
      Promover el veganismo no requiere grandes organizaciones ni líderes, sino algo que cada uno puede hacer.
      Si los demás animales importan moralmente, entonces no debemos usarlos.
    • Principio cuatro: este enfoque vincula el estatus moral de los no humanos con la mera sintiencia, y no con ninguna otra característica cognitiva; todos los seres sintientes son iguales en cuanto al propósito de no ser usados exclusivamente como recursos.
      De lo contrario se puede caer en gradualismo moral y cualquier otra forma de irrespeto hacia los demás animales.
    • Principio cinco: rechazar todas las formas de discriminación humana, incluyendo el racismo, el sexismo, el heterosexismo, el edadismo, el capacitismo y el clasismo– de la misma manera que se rechaza el especismo.
      Esto es por congruencia, de que si rechazamos al especismo por ser una discriminación arbitraria, lo mismo debe aplicar en cualquier otra, independientemente de la especie.
    • Principio seis: se reconoce el principio de no violencia como principio central del movimiento de los derechos de los animales.
      Reiterando el punto tres, por congruencia se tendría que predicar la paz en un movimiento por la paz (respeto) hacia los demás animales.
  • Gary L. Francione reconoce la existencia de veganos que no son abolicionistas, en aquellos que no adscriben al enfoque que se mencionó previamente. No al menos en el sentido en que dicho enfoque lo plantea.

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