Hay gente animalista (incluso algunos que se identifican como veganos) y no animalista que presentan o admiten como excusa el no ser veganos e incluso no tener el deber de ser veganos por parte de quienes tienen escasos recursos económicos.
Esto cae en especismo antropocéntrico, ya que nadie con sentido de justicia aceptaría que bajo el argumento de que no se tiene dinero, entonces se vendan y compren por ejemplo niños. Esto sucede en algunas comunidades del sur de México, donde se han dado situaciones donde se comercia con los niños pequeños como moneda de cambio. En las ciudades es común ver niños trabajando enviados por sus padres para causar lástima y así puedan obtener dinero para comer, pero eso no tiene tampoco justificación ética. Nadie comprometido con los Derechos Humanos diría que si alguien es pobre entonces está bien o no hay que juzgar a quienes exploten o esclavicen a otros humanos, ya que «no tienen otra opción». Nadie que busque actuar correctamente consideraría que bajo un contexto donde la única posibilidad para sobrevivir fuese el canibalismo o robar, entonces eso sería una excepción a la ética y por ende dejasen de tener obligación moral de no usar a los demás sujetos como meros medios para sus fines.
Así como no está justificado asesinar animales humanos para con ello beneficiarse (por dinero para comprar medicinas, por ejemplo), así tampoco está justificado éticamente explotar animales por más precaria que sea la situación económica o recursos disponibles.
Decir que los pobres no tienen obligación moral de ser veganos es análogo a decir que no tenemos obligación moral de no extraerle órganos a un humano en contra de su voluntad, salud y/o vida para salvar la vida de otro. Es priorizar a unos sujetos por encima de otros. Es injusto, ya que se está violando el principio de igualdad.
La necesidad nunca es un criterio para justificar éticamente convertir a sujetos en meros medios para los fines que otros determinen, porque entonces no se reconocería el valor inherente de dicho sujeto, sino que sería una mera herramienta al servicio de las necesidades de los demás.
Además, la gente independientemente de su condición socioeconómica puede entender de qué se trata ser vegano y llevarlo a la práctica. Cierto es que dependiendo de las circunstancias puede llevar más esfuerzo lograr encontrar la forma de llevarlo a cabo, pero eso no significa que sea imposible. Cuando alguien ya se encuentra comprometido con la justicia hacia los demás animales, siempre encuentra la forma de ser congruente con el principio ético del veganismo.
Incluso desde el discurso me consta que suele ser fácil que se identifiquen con la situación de injusticia que padecen los demás animales, al generar empatía con la injusticia que sufren ellos mismos por parte de sujetos que ostentan el poder sobre ellos. Son gente que en términos generales se identifican con las causas justas, porque ellos mismos padecen desigualdad, padecen injusticias, sufren violencia, y una vez que pueden entender por qué los demás animales son sujetos, pueden buscar hacer lo necesario para evitar aquellos usos que ya hoy está en sus manos evitar.
En el libro «Advocate for animals» [1] se menciona que las organizaciones bienestaristas han influido en esta cuestión de no promover el veganismo en las comunidades de escasos recursos, debido a que de hecho no promueven el veganismo como un imperativo moral para nadie, y porque esas comunidades no están en el foco de sus campañas, como qué vegetariano es «más sexy» o ver como peor que en China coman perros.
Y es comprensible esto que se comenta en esa obra, ya que difícilmente generaría interés en comunidades de escasos recursos apoyar una campaña contra los abrigos de piel, ya que no es algo con lo que ellos lidien por no tener acceso a esas cuestiones consideradas de lujo. Además estas mismas organizaciones suelen promover al veganismo como algo caro, como enfocándose en costosa comida procesada vegetal y otros productos de «alta gama» inaccesibles para gente de escasos recursos.
La gente de comunidades de escasos recursos pueden entender perfectamente el veganismo aún si han carecido de instrucción escolar, ya que el veganismo puede ser explicado con palabras y frases simples. Si tú entiendes el veganismo, puedes explicar los conceptos relacionados con ellos de forma que cualquiera pueda entenderlo sin tener formación académica alguna. Explicar el veganismo en palabras coloquiales no significa de forma alguna comenzar a hablar de mejoras en el trato ni nada que justifique la explotación animal, sino explicar precisamente por qué eso no es correcto y debemos evitarlo, pero de forma en que no parezcamos gente pretenciosa que busca demostrar que es intelectual o que está «por encima de los demás», sino alguien preocupado por la justicia y que entiende que los demás también lo están, pero necesitan información para reflexionarlo y asumirlo.
Básicamente procedería explicar la parte ética tal cual lo explicaríamos a cualquiera, la diferencia sería en la cuestión práctica, ya que habría que averiguar cómo podría conseguir los productos aptos dichas personas humanas, y así poderles guiar para que puedan ser congruentes con el principio ético del veganismo. Por ejemplo averiguar la manera más económica de conseguir vitamina b12 en cantidades que sean suficientes para que sea saludable; recetas asequibles; ayudarlos a conseguir ropa sin elementos de origen animal (o las desprendan si la que tienen actualmente las contienen) y les comenten a los ofertantes que no usen ni ofrezcan prendas ni productos de origen animal; si su trabajo implica actualmente de explotar animales, buscar alternativas inmediatamente a ello, etc. Podría hablar de veganismo con activistas sociales y en general con gente que trabaje en ayudar a esas comunidades para ver qué actividades se pueden hacer ahí para facilitar la cuestión práctica del veganismo en esas áreas.
En resumen, cuando tenemos la motivación moral se busca hacer todo lo necesario para ser congruentes con nuestros principios, y por ende, esto va más allá de las dificultades o situaciones particulares, sino de una convicción, un sentido desarrollado de la justicia que se debe ver plasmado en respetar a los demás animales, porque el padecer una injusticia no justifica ser injusto, el ser oprimido no justifica ser opresor. Los demás animales no tienen por qué ser usados para cubrir las necesidades de ningún humano; un acto injusto no se compensa por beneficiar a quienes padecen injusticia. Si se ha hecho es por una posición injustificada de poder al considerarse que los demás animales son inferiores y no pueden tener la misma consideración moral que (al menos en teoría) tenemos los humanos. Es incongruente quejarse de padecer un sometimiento o injusticias o posición desventajosa socialmente; mientras al mismo tiempo se aprovechan de una posición ventajosa sobre otros seres vulnerables.
Todos los animales humanos capaces de ser responsables de nuestros actos tenemos el deber de ser veganos.
Referencias:
- Advocate for animals; Gary L. Francione y Anna Charlton [1]
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