Es muy común que no veganos acusen a animalistas de estar afectados psicológicamente por películas de Disney o dibujos animados en general y generar una idealización de las emociones, sentimientos y comportamientos de los demás animales para generar compasión, empatía y simpatía hacia dichos sujetos y piensan que eso conlleva necesariamente al respeto.
Una cosa es mostrar a los demás animales de forma que se entienda que ellos también tienen intereses, emociones/sentimientos y voluntad, y otra no reconocer que esas emociones y sentimientos también incluyen aquellos que son negativos. Y con esto no me refiero a que se tenga que mostrar a los demás animales comiéndose unos a otros o causándose daño o situaciones similares, sino que el problema lo veo cuando se quiere hacer ver por medio de la argumentación, que los demás animales son cuasi seres de luz a los cuales hay que respetar (aunque suelen hablar más de deber amarlos) porque tienen puros sentimientos admirables.
Hasta donde se ha podido saber, los demás animales son pacientes morales, por lo que sus actos, aunque pudieran calificarse de dañinos,de uso de la fuerza; no pueden ser imputables moralmente, como ya se ha comentado en otros ensayos, por el hecho de que no tienen razonamiento moral o capacidad moral suficiente para que sean responsables moralmente de sus actos. De hecho en la época medieval hubo juicios contra animales no humanos que incluso fueron sentenciados a la muerte por «cometer delitos» [1]. No muy distinto a lo que sucede actualmente cuando se consideran «plagas» a grupos de sujetos que de alguna manera hacen algo en contra de los deseos o preferencias de humanos. Por supuesto que es absurdo juzgar los actos de los demás animales por lo que acabo de mencionar: son pacientes morales, por lo tanto sus actos no pueden ser imputables.
Hablar de que alguien es sintiente implica decir que tienen emociones (alegría, tristeza, miedo, repulsión) y sentimientos (odio, amor, amistad, envidia, empatía), intereses (vivir, libertad, bienestar, integridad física, hábitat, poseer el fruto de su trabajo), y voluntad. Por tanto, pueden las emociones y sentimientos influir en nuestra voluntad e intereses, en la forma en que queramos conseguir alcanzar nuestros deseos o preferencias, mas eso no dice nada sobre si los actos para satisfacer nuestros deseos y necesidades son justos o injustos, violentos o no. Así, para buscar satisfacer el deseo de vivir, un sujeto no humano podría recurrir al asesinato; podría satisfacer incluso deseos no fundamentales como el sexual recurriendo a forzar a otro a ser un mero instrumento para dicho fin; incluso hay animales no humanos como las hormigas que esclavizan a otras; existe el infanticidio, guerras y demás actos agresivos o de uso de la fuerza entre animales no humanos. Igualmente se sabe que en sujetos que muchos considerarían menos complejos, como los insectos, existe el sentimiento de la envidia[2]. No son poco comunes ataques de animales no humanos hacia humanos, y obviamente hacia otros animales no humanos.
Basar nuestro criterio en las actitudes, deseos, emociones y sentimientos de los demás para decidir a quien respetar es no reconocer el valor inherente de los sujetos. Incluso asesinos, violadores y cualquier otro sujeto que tenga o haya tenido actitudes violentas, tienen derechos morales, siguen teniendo el derecho absoluto a no ser meros medios para los fines de otros (propiedad), y sólo está justificado actuar sobre ellos en proporción y lo suficiente respecto a la defensa propia.
La ética no depende de nuestros sentimientos de aversión, empatía, compasión o simpatía, sino que se basa en el análisis objetivo de los hechos y en articular argumentos basados en el razonamiento lógico. Si bien cuestiones como la empatía pueden ser un puente para entender aspectos como el principio de igualdad, no puede en sí misma la empatía ser un criterio ético, ya que podríamos tener una empatía nublada por sesgos antropocentristas o de otra índole, además de que necesitamos asumir un compromiso con la justicia y por ende el respeto hacia dichos sujetos, en base al razonamiento lógico aludido líneas arriba, y no meramente entender cómo se sienten o deducir lo que sienten otros sujetos.
Negar la dualidad de emociones y sentimientos positivos y negativos en los demás animales incluso sería especista, además de deshonesto. Especista por considerar que sólo los humanos tenemos una amplia gama de experiencias subjetivas como lo son los sentimientos, y los demás animales no, como si estos existiesen para nuestro goce; y deshonesto o al menos desinformado de parte de quienes argumenten que los demás animales son unos dechados de virtudes.
Incluso hay bienestaristas (camuflados regularmente bajo el pseudónimo de sensocentristas) que pretenden «educar» a los animales no humanos que consideran agresivos o nocivos, como es el caso de los carnívoros, por su obsesión con satisfacer preferencias y con ello dar paso a la teoría sobre la moral en que se fundamenta el dogma sensocentrista que es el utilitarismo de preferencias, que como utilitarismo que es, busca maximizar la felicidad de la mayoría, aún y a costa de cosificar (relacionarse con ellos como cosas) a los sujetos que sean necesarios para tal fin. Todo esto partiendo de que el sufrimiento es malo y como hay que aumentar la felicidad y reducir el sufrimiento, entonces habría que eliminar o «educar» a los sujetos, así estos sean pacientes morales, para que causen menos sufrimiento en el mundo.
Como mencioné párrafos arriba, al ser los demás animales pacientes morales, si bien agentes externos (agentes morales) podemos calificar de indeseables, no podemos calificar a los sujetos que ejercen dichas acciones como inmorales o antiéticos; de malos o buenos actos en términos morales; sino simplemente de agresivos o de uso de la fuerza, ya que no están en plenitud de capacidad moral para determinar si lo que hacen es bueno o malo, sino solamente actuar en base a impulsos de los cuales no están en plena consciencia de las implicaciones éticas. Podrían actuar en ocasiones en base a la empatía o compasión, mas como expliqué anteriormente, estos sentimientos en sí mismos no son criterios éticos. Son sentimientos que pueden desembocar en actos deseables, pero no son fruto de una reflexión y razonamiento moral en el sentido que lo es para los agentes morales. Son impulsos (sentimientos o deseos) con relación a la ética, pero no son la ética propiamente dicha.
Entonces mi exhortación es a divulgar que los demás animales tienen sentimientos, intereses y voluntad, y ser honestos al plantear que tienen facetas tanto pacíficas como agresivas. Considero está bien mostrarlos con su familia no humana, ejemplificar contextos donde se muestra su interés por ser libres y vivir bajo sus propios términos, sus episodios de empatía y solidaridad, y no veo necesario ni ético mostrarlos gráficamente siendo agresivos o dañando a otros como ya expliqué en ensayos hace tiempo, mas en el discurso considero no debemos negar la variedad de experiencias subjetivas tanto agradables como desagradables que pueden tener en tanto que son seres sintientes.
Referencias:
- https://www.infobae.com/2015/10/03/1758106-cuando-los-animales-eran-arrestados-y-juzgados-como-personas [1] (Utilizan equivocadamente el término persona como algo exclusivo de los humanos)
- https://www.quo.es/naturaleza/a46495/los-insectos-sienten-empatia [2]
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