Compasión [1] se refiere a cuestiones como la misericordia, la piedad, simpatía y la benevolencia. Es el compartir un sentimiento relacionado al dolor o sufrimiento que experimenta otro.
Según su origen etimológico [2] es unirse en el padecimiento de los demás. Es decir, se enfoca evidentemente en el bienestar.
Aunque hay quienes afirman que la diferencia entre la compasión y la empatía es que una u otra moviliza a la acción de ayudar al otro, uno puede movilizarse por cualquiera de las dos, y las diferencias no radican en la movilización sino en otras cuestiones de índole psicológica.
La compasión se centra en aliviar el dolor y sufrimiento, tanto propio como el de los demás. Existen terapias [3] para sanarse uno mismo en base a la compasión hacia uno mismo. Esto serviría de ayuda no dañarse uno mismo con pensamientos negativos, y tener una estabilidad emocional. Además si pretendemos ayudar a que otros se sientan bien, primero debemos estar bien con nosotros mismos.
Entonces, la compasión es útil en ayudarnos a no ser tan duros con nosotros mismos, nos ayuda sanar heridas y tener autoconfianza, y así poder ayudar a los demás; es decir, está íntimamente relacionado con la virtud de auxiliar a los demás, pero sin descuidar nuestra propia persona. Por ejemplo, es desable la compasión cuando está alguien bajo nuestra tutela, ya sea un paciente moral o alguien enfermo, ya que si aceptamos dicha responsabilidad, es nuestro deber proporcionarles el mayor bienestar posible. Puede haber un interés genuino en aliviar el sufrimiento de los demás, sin que se tenga como objetivo aliviar el nuestro, así esto termine sucediendo por inercia psicológica.
La compasión es algo moralmente correcto cuando ya se respeta al sujeto que padece sufrimiento, y se puede y quiere proceder a auxiliarle para aminorar dicho sufrimiento (sin menoscabar la dignidad propia).
La compasión deja de ser algo deseable cuando no existe una ayuda desinteresada, sino que se busca aminorar el dolor o sufrimiento de otros aún y a costa de que estén siendo explotados o esclavizados, ya que incluso nosotros mismos los estaríamos explotando al usarlos como medios para el fin de sentirmos mejor con nosotros mismos sin tomar en cuenta que lo que esos sujetos requieren en ese contexto no es nuestra compasión, sino que rechacemos su explotación y esclavitud; que busquemos su libertad por medio de buscar generar que otros comprendan dicha injusticia y se opongan a la misma para así presionar para que cese dicha injusticia, y alternativamente podríamos optar por la acción directa, es decir, tomar la iniciativa de nosotros mismos liberarlos físicamente de sus opresores. Una de las razones por las que el bienestarismo es inmoral es precisamente porque quienes adhieren a esta forma de pensamiento, convierten en alter ego [4] o un otro yo sin valor moral a las víctimas para satisfacer su propia necesidad de sentir su conciencia aliviada al ver disminuido el sufrimiento, y así ellos poder disminuir el suyo, omitiendo que dichos sujetos no sólo tienen como interés relevante el no sufrir, sino que también desean vivir libres de la opresión.
Otro ejemplo de un mal empleo de la compasión es la eutanasia, donde bajo la obsesión de eliminar el sufrimiento, se llega a asesinar a un sujeto, pensando que así se le hace un bien, siendo que en realidad se le ha instrumentalizado para una cuestión utilitaria: eliminar el sufrimiento. Esto ya fue desarrollado en el ensayo del mismo nombre (La eutanasia) y sólo mencionar que tanto si el paciente aceptó la eutanasia como si fue una decisión de terceros; hay explotación, ya sea del sujeto mismo consigo mismo, como de otros sobre dicho sujeto, respectivamente.
Relación entre la compasión y la empatía.
De la compasión se puede pasar a la empatía. La compasión es un mero sentimiento, es decir, no requiere de reflexión alguna sino que es más una reacción emocional ante un hecho que nos provoca dicha sensación de malestar por el malestar de otros; sin embargo, partiendo de este sentimiento puede suceder que el sujeto comienze a comprender que frente a sí tiene a alguien que es igual a él en intereses y voluntad, pero para esto requiere una reflexión sobre dicha situación para ir más allá de padecer el sufrimiento del otro sino imaginarse en el lugar del otro en otros aspectos de su vida, como puede ser el deseo de libertad, de vivir, de estar con sus seres queridos, etc.
La empatía comprende dentro de sí misma el sentir el sufrimiento de otros.
El tener compasión y empatía nos hace ser sujetos morales (o pre morales, caso de pacientes morales).
Ni la compasión ni la empatía implican en sí mismas la ética, sino sólo se relacionan con aspectos de índole moral.
Casos especiales como en la psicopatía, la compasión y la empatía están deterioradas o ausentes, por lo que se es indiferente tanto al sufrimiento como incapaces de ponerse en el lugar del otro, respectivamente.
Diferencias entre la compasión y la empatía.
- La compasión no lleva en sí misma hacia el respeto, ya que sólo se refiere a un aspecto del sujeto (el sufrimiento); la empatía es la antesala al respeto, ya que nos lleva (a los agentes morales) a poder comprender el principio de igualdad. Alguien puede explotar a otros considerando evitar en lo posible su sufrimiento, por diversos motivos pero ninguno tiene que ver con el respeto como tal hacia el individuo;
- la empatía además de ser un sentimiento, tiene un componente de cierto nivel de razonamiento mínimo suficiente para imaginarse qué se desprende del mero hecho de sufrir y con ello, ver al sujeto en su justa dimensión;
- aunque tanto la empatía como la compasión implican sentir lo que el otro siente, la empatía lo hace desde una postura de comprensión del sujeto en sí, mientras que la compasión por sí sola no implica ver al otro como un sujeto, sino solamente como un ser al que nos es desagradable ver en dicha situación porque nos incomoda su sufrimiento. Solamente si ya somos conscientes de su valor moral podemos buscar aminorar dicho sufrimiento por el sujeto mismo en sí, más allá de que nos sea satisfactorio dejar de estar incómodos por ver sufrimiento;
- la compasión se relaciona con sentimientos como el amor, la misericordia, la simpatía; la empatía se relaciona con la identificación, con el ver al otro como un igual.
El filósofo Tom Regan [5] mencionaba que la postura anticrueldad no es suficiente para demostrar nuestros deberes para con los demás, ya que parte de que lo que hagamos sea analizado según si disfrutamos o no causar daño (o utilizar) a los demás, y esto no sirve como argumento para establecer que una acción en sí misma es inmoral, simplemente basándonos en qué siente la persona al realizarlo. Por ejemplo, patear adrede y sin justificación de defensa propia a un perro, está mal independientemente de si quien lo hace disfruta o no hacerlo. Usar animales para comida, vestimenta, experimentación, etc, está mal tanto si disfrutamos hacerlo como si no. En un sentido similar, promover la bondad o «ser amables» con los demás animales, tampoco nos esclarece en sí mismo el porqué tenemos deber de no explotarlos. La bondad con los demás se refiere a actuar en función de que nuestra intención sea satisfacer los intereses de otros, por amor o compasión, pero este no es un deber de nadie. No tenemos la obligación moral de satisfacer los intereses de los demás; sí de no vulnerar (sin una justificación ética) dichos intereses y de no relacionarnos con los demás como si existiesen para nuestro uso. Uno puede actuar con bondad hacia alguien, es decir, con la intención de beneficiar el interés por el bienestar, y sin embargo, este mero hecho no indica si ese acto es correcto en sí mismo por ser bondadoso. Los bienestaristas se guían por la bondad hacia los demás animales, y su intención es promover intereses de los demás animales, pero eso no dice nada sobre si sus actos para tal promoción son correctos o no; no dice nada respecto a si los respetan como sujetos con valor intrínseco (dignidad). Para juzgar los actos se va más allá de las buenas intenciones, y se evalúa si se está ignorando primeramente, el derecho absoluto a no ser propiedad.
En resumen: la compasión y la bondad son cuestiones de índole moral que son aceptables, pero siempre en un marco donde primero hayamos reconocidos a los demás como personas con una dignidad que no debemos vulnerar bajo ninguna circunstancia. Para el caso de los demás animales; partir de ser veganos, para primero ser justos y luego solidarios.
- https://www.diccionariodefilosofia.es/es/diccionario/l/786-compasion.html [1]
- http://etimologias.dechile.net/?compasio.n [2]
- https://lamenteesmaravillosa.com/7-ejercicios-basados-en-la-terapia-centrada-en-la-compasion/ [3]
- https://es.wikipedia.org/wiki/Alter_ego [4]
- En defensa de los Derechos Animales; Tom Regan [5]
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