Las personas se generan imágenes en su mente, no sólo de lo que aprecian directamente a través de material visual, sino también de la escucha o lectura. Por lo tanto, no hay diferencia fundamental en cuanto al mensaje entregado al receptor, si este se da mediante imágenes o mediante textos o de forma oral.
Describir: describĕre, explicar en detalle.
Proceso: processus ir hacia adelante, conjunto de fases sucesivas de un fenómeno natural o artificial (RAE)
Considero que describir aquellos procesos que se relacionen mentalmente con violencia física o emocional evidente, es decir, que en gente no vegana, provocan compasión meramente, y evocan al bienestarismo de la gente que aún no es vegana. Describir procresos dentro del activismo como un argumento para rechazar el uso de animales, me parece es utilizar un medio bienestarista, es decir, que remite a que nuestro deber es que la explotación se haga de una manera «humanitaria» y no de una cruel, en lugar de cuestionar el hecho mismo mediante el cual se está cosificando (tratando como cosa) a un otro.
Las palabras también pueden generar empatía o por otro lado, compasión. Las palabras se traducen en asociaciones mentales.
Texto y contexto.
Texto son los símbolos que conforman un mensaje. Un texto se da dentro de un contexto; es decir, son forma (texto) y contenido (contexto).
Así se da la comunicación:
Emisor –>código (idioma)–>canal (letras, audio)–>receptor.
Contexto (situación en que se dá, pre conceptos).
Se toma en cuenta la intención de la comunicación y el contexto. El significado de las palabras no es uniforme. Cada cual podría tener una preconcepción sobre ciertas palabras o frases dependiendo de su contexto (cultura). Por ejemplo, la palabra «tacos» no significa lo mismo para todo mundo. De hecho ni siquiera la palabra explotación animal, porque para un vegano, explotación animal significa utilización de la forma que sea, de animales no humanos; para un no vegano, explotar animales no humanos significa comúnmente causarles daño físico, «maltratarlos».
Entonces, un texto que diga «para explotar animales para obtener elementos y sustancias de sus cuerpos, se les asesina de forma cruel mediante electrocuciones y golpes en la cabeza con un mazo» tiene un significado de interpretación distinto respecto de qué es lo que el receptor interpreta sobre cómo debe tomar dicha información.
Alguien que ya condena la explotación de animales no humanos, no pensará que lo que debe de atacar es que no haya electrocuciones y golpes con mazo en la cabeza, sino que lo que ahí se debe denunciar o rechazar es que hayan sido explotados y asesinados. La idea de que está bien usar animales es lo que considera el mal de raíz, pero en cuanto a los hechos, considera que el mero hecho de explotarlos y el mero hecho de asesinarlos está mal, independientemente de los detalles implicados en el hecho de asesinarlos por ejemplo.
Por ejemplo: un hecho es que son explotados, y en ciertos usos implica necesariamente asesinato; proceso es el cómo son asesinados o detallar cómo son explotados en algo que pudiera hacerse de otra manera menos cruel.
Alguien no vegano, no pensará que lo que debe evitar o rechazar es la explotación en sí, y para el caso de usos donde intrínsecamente implica asesinato y el no vegano los considera necesarios, no se opondrá al asesinato, sino a la forma en que son asesinados, entonces la interpretación del mensaje anterior, sería que no deberían ser asesinados de esa forma, que lo que se está denunciando es la forma en que son asesinados y explotados, no esos hechos en sí.
Si el activista usa tales o cuales palabras y frases, son con una intención, y el receptor, no es alguien con una posición neutra ante dichas palabras y frases, sino que tiene un preconcepto, con el que interpretará dicho mensaje.
Se puede mencionar un tipo de violencia, ejemplo: son asesinados, son violados, los hacen trabajar; pero no los detalles dentro de cada proceso que apelen a provocar el interés del no vegano por medio de un “shock”. Es diferente aceptar hechos como que hay asesinatos, violaciones y sufrimiento dentro de algunos tipos de violencia dentro de la explotación animal que intrínsecamente sean necesarios para llevarla a cabo, y otra aplicarle un énfasis en el cómo, llevando a la gente a pensar más en el cómo (los detalles del proceso del hecho) y no en el qué (el hecho mismo, su uso).
Igual sucedería en casos humanos.
Si se le expone un texto o información como «Personas fueron secuestradas y violadas. Las violaciones fueron realizadas de manera cruel, utilizando un grado de violencia extremo, causándoles heridas de gravedad para ello.», dependerá de la preconcepción de la persona cómo interpreta eso. Si es alguien que asume los Derechos Animales (incluyendo humanos), no pensará que el problema a denunciar es que al menos debieron haber sido secuestradas y violadas sin utilizar un grado de violencia extremo, sino que condenaría el mero hecho de que las hubieran secuestrado y violado, independientemente de los detalles. Los detalles serían relevantes para investigaciones de tipo legal, pero no para determinar si nos debemos oponer o no al mero hecho de explotar a otros, ya sea mediante secuestro, violación o cualquier otro hecho. Si se exponen detalles sobre un proceso de violencia hacia sujetos, en un contexto donde la violencia en sí ya es rechazada, lo que podría provocar sería rechazo por considerarse amarillismo, pero no conllevaría a pensar que debió haberse hecho de una manera más «humanitaria».
Es decir: una cosa es mencionar hechos concretos como denuncia, y otra mencionar al hecho moralmente condenable de raíz para concienciar. Las denuncias se realizan sobre algo que ya la mayoría rechaza y se espera se haga algo al respecto; al concienciar, se va a la parte medular del asunto, como sería el considerar a otros como meros recursos, y lo que se espera que se haga es rechazar esa idea en sí y por ende, las prácticas que se relacionan con ello. Si al concienciar se pretenden denunciar hechos concretos que no son intrínsecos al hecho mismo, se genera la idea de que se está denunciando el trato (el no bienestar o los detalles de un proceso) derivado de usar a alguien y que tenemos que hacer algo al respecto. Por supuesto que hay problema en dañar el bienestar de alguien, entendiéndose como bienestar la salud física y/o emocional, pero dentro de un contexto de explotación, no es nuestra obligación aliviar ese problema, sino rechazar el uso en sí. Rechazando la explotación no garantizamos que esos sujetos tengan bienestar, y si lo llegan a tener, sería por mera inercia de que por motivos de no ser explotados no están sufriendo, aunque pudieran sufrir por otras cosas no derivadas de la explotación. Es decir, no es el objetivo del veganismo, que los demás animales tengan bienestar, sino que sólo sería una posible consecuencia.
Ejemplo de lo anterior: si lo que queremos es concienciar que los demás animales no deben ser vistos como meros medios para nuestros fines, podemos decir que son usados para alimentación, vestimenta, entretenimiento, experimentación, trabajo, etc, pero no adentrarnos en detalles más allá de lo obvio. En la alimentación sabemos que son asesinados, pero no es relevante para cuestión de concienciar, el cómo son asesinados; para entretenimiento y trabajo sabemos que se doblega su voluntad, pero no es relevante para concienciar el cómo se doblega su voluntad. Si caemos en detalles, se cae en denuncia, y la denuncia de un proceso implica implícitamente que tenemos que mejorar dicho trato, cuando lo que realmente tenemos que hacer es rechazar el uso.
Obviamente el bienestar es relevante para el sujeto que padece de no tenerlo, es un problema en ese sentido, pero no es el problema a resolver al concienciar sobre una injusticia donde se esté explotando a un otro. Por ejemplo en el caso de un secuestro, se conciencia que hacer eso es inmoral en sí mismo, independientemente de las condiciones en que estén secuestrados los sujetos. Se pueden denunciar hechos concretos para que los responsables sean juzgados, por ejemplo si dentro del secuestro hay daño físico y/o sexual, es una noticia concreta donde se denuncia para que se encuentre a los responsables, pero eso es distinto a cuando se hace una campaña para concienciar el por qué el secuestro está mal. Ahí se hablaría en general que el secuestro está mal en sí mismo por tomarse la atribución de privar de la libertad arbitrariamente a otros.
En el caso de los demás animales, alguien podría denunciar por ejemplo que animales fueron secuestrados y además golpeados y otras vejaciones, para cuestión de que esos otros hechos son agravantes para una sanción. Cosa distinta es hacer activismo educacional para informar por qué los demás animales son sujetos con intereses propios, emociones y voluntad, y por lógica, no debemos utilizarlos. Para esto último no es necesario mencionar casos específicos.
Neobienestarismo
El bienestarismo cuestiona que no hay bienestar. Es decir, utiliza un método bienestarista con un fin abolicionista: neobienestarismo. Esto sucede cuando se describen a detalle situaciones de explotación o violencia hacia sujetos, para luego comentar que aunque eso no sucediera así, debería rechazarse.
Es un activismo neobienestarista, aún sin que haya una campaña prohibicionista explícita o por regulaciones del tipo «jaulas más grandes», debido a las siguientes similitudes:
- se dice que la gente no lo entenderá si se le habla directamente sobre veganismo;
- hay que apelar a cuestiones que le importe a la gente distintas a las relacionadas estrictamente con los argumentos del veganismo (el que no haya bienestar);
- hay unos usos prioritarios sobre otros (aquellos con mayor nivel de crueldad que se consideren);
- dicen que su fin, es la abolición de la explotación animal.
A pesar que quien use frases o textos que describan los procesos de explotación animal, no haga campañas de prohibición de ciertos usos, ni de reducción de sufrimiento mediante propuestas como «jaulas más grandes», sería neobienestarista, ya que realmente sí está haciendo una campaña, ya que una campaña es algo que se hace en un tiempo continuado con un mensaje y objetivo específico. En este caso, es un mensaje que utilizan recurrentemente y con el objetivo de crear un «shock» emocional en un otro (compasión), en lugar de utilizar razonamiento lógico empático. Si lo combinan con un discurso diferente, como el que la finalidad es abolir la mentalidad no vegana y por ende todo uso de animales no humanos, entonces son en realidad dos campañas contrapuestas: una basada en el cuestionamiento a que no hay bienestar animal en ciertas explotaciones; otro que cuestiona la mentalidad de que los demás animales existen para nuestro uso. Son mensajes contradictorios.
El bienestar no es un tema del veganismo, sino que bajo contexto de explotación, es defendido por el bienestarismo. El veganismo se ocupa de eliminar la mentalidad no vegana y por ende, dejar de participar en la explotación animal, independientemente de si hay o no bienestar. No es el objetivo del veganismo que los sujetos no humanos tengan bienestar, sino que si éste se sucede, sería una consecuencia de que ya no haya ningún tipo de violencia hacia animales no humanos, ya que por ejemplo, no es del ámbito del veganismo que procuremos bienestar a animales no humanos que no están bajo explotación. Igualmente si se eliminaran los usos donde se considera hay sufrimiento, eliminando en lo posible los procesos que lo causan, el veganismo no es compatible con una explotación donde no se aprecie sufrimiento, por lo que el bienestar es irrelevante para el veganismo, sino sólo sería una posible consecuencia al eliminar por lógica todo tipo de uso.
La injusticia no es causar sufrimiento, sino el mero hecho de tomarse uno la atribución de usarlos. Causar mayor o menor sufrimiento es una consecuencia de la injusticia, no la injusticia en sí. El sufrimiento es una reacción al ser consciente de ser víctima de una injusticia.
Por supuesto que es un problema para el sujeto, no tener bienestar, pero ese es un tema de los Derechos Animales, no del veganismo. En el caso de los humanos igual; el no bienestar bajo contexto de explotación, no compete al rechazo de la explotación en sí, sino al resto de Derechos Animales, en este caso, humanos.
Los hechos son lo denunciable éticamente, ya que las formas no hacen a un hecho más o menos injusto. El golpear, violar o privar de su libertad física son en sí mismos hechos rechazables éticamente, independientemente de los detalles, del cómo se lleven a cabo.
Insisto en que la gente mediante argumentos por analogías, puede entender incluso desde un inicio la violencia implícita, y rechazando ésta, rechazará por lógica la explícita. No tendría sentido por ejemplo, que si alguien se acerca al activista para preguntar por qué está mal tener mascotas, el activista le dijera algo como «Espera, primero tengo que explicarte a detalle los procesos que implican crueldad sobre los demás animales» donde se vea a detalle cómo son asesinados los animales, para entonces sí, decirle «Ok, ya estás en condiciones para que te explique que aunque eso no fuese así, estaría mal»…
Deja una respuesta