La ética fundamentada en emociones y la negación de derechos

En este ensayo pretendo defender la tesis sobre que el pensamiento y acciones relacionadas a la explotación animal, además de ser resultado obviamente de no ser veganos, y en su mayor parte del antropocentrismo, lo que permite que estas ideas injustas echen raíces en nuestra mente, es que no nos estamos guiando por un razonamiento lógico, sino que nos vemos motivados a pensar y actuar de tal o cual forma, guiándonos principalmente por lo que sentimos, por nuestras preferencias personales. Racionalizamos más que razonar lógicamente, para justificar nuestras ideas y acciones. Buscamos encontrar ideas que se ajusten a satisfacer nuestros deseos, en lugar de escudriñar sobre si eso que sentimos se ajusta a la verdad. Se cree intuitivamente, que aquello que nos causa malestar, es lo incorrecto moralmente, y viceversa (cremos que lo que nos causa placer o reduce o elimina nuestro sufrimiento es lo correcto), la mayoría de la gente no se detiene a reflexionar moralmente en lo que se relaciona a un verdadero razonamiento moral a pesar de tener capacidad de ello.

¿Qué es la verdad?

Puede ser definida desde la lógica como una concordancia entre las ideas y la realidad; y desde la ética como el pensamiento correcto. (Raúl Gutiérrez Sáenz; Introducción a la lógica p. 221-223). Entonces, lo correcto moralmente, tiene que ver con la verdad, tanto desde la lógica como desde la ética.

Subjetivismo

Es una doctrina sobre la moral que se refiere a que no existe lo correcto o incorrecto en sí mismo, sino que la moral es una cuestión subjetiva independiente de la razón y los hechos. El sujeto es el que se crea su propia realidad en base a sus propios sentimientos o preferencias, incluyendo las cuestiones morales. En resumen: considera que la moral es cuestión de opiniones particulares, por lo que la razón y los hechos no intervienen en ello. Se basa en nuestras actitudes ante los hechos (si aprobamos o desaprobamos alguna cuestión de índole moral). Por ejemplo, el subjetivismo diría que esclavizar no es malo ni bueno en sí mismo, sino que su moralidad depende de las opiniones o sentimientos de los sujetos respecto a ello para sí mismos individualmente.

Esta teoría tiene defectos (Introducción a la filosofía moral; James Rachels p. 66- 68), como el que considera que somos infalibles en nuestros juicios y como si no hubiera desacuerdos realmente entre los puntos de vista. Claramente, alguien que se oponga a la esclavitud está en desacuerdo con quien está de acuerdo…

Esta teoría intentó evolucionar en la modalidad de emotivismo moral.

Emotivismo

El emotivismo moral es una doctrina que define que las expresiones que manifestamos sobre ciertos hechos o ideas, no son una afirmación de veracidad moral sobre ello sino sólo nuestra actitud o sentir respecto a algo. Considera sólo son formas sobre cómo nos hacen sentir a nosotros individualmente, y buscan influenciar a otros respecto a ello. Considera que los juicios morales no son ni ciertos ni falsos al no ser afirmaciones sino meras expresiones de nuestras emociones. Por ejemplo, si uno dice «La esclavitud es injusta», según el emotivismo, no está afirmando ningún hecho verificable mediante la razón, sino que es el equivalente a decir «Abajo la esclavitud», «Qué triste que exista la esclavitud…».

Dado que decir «No me gusta la esclavitud» no puede ser calificada como algo falso o verdadero, sino como una mera emoción ante algo, es que el emotivismo no acepta que haya una moral que se pueda considerar falsa o verdadera.

Mientras el subjetivismo informa sobre una actitud («Yo desapruebo la esclavitud»), el emotivismo expresa una emoción meramente («No me gusta la esclavitud»).

El emotivismo intentó corregir los resquicios del subjetivismo, por ejemplo (Introducción a la filosofía moral; James Rachels p. 71-73):

  • Una de las críticas al subjetivismo es considerar que somos infalibles, pero este argumento se basa en que el subjetivismo sí considera hay veracidad o falsedad en un juicio para el emisor del mismo, es decir, lo toma como la descripción de un hecho para el sujeto. En cambio, el emotivismo sólo se dice que se expresa una emoción respecto a algo, no pudiéndose calificar de verdadera o falsa dicha expresión en términos morales.
  • La otra objeción es sobre el desacuerdo. Mientras el subjetivismo plantea que no existe desacuerdo entre quien dice por ejemplo «La esclavitud es inmoral» y quien dice «La esclavitud no es inmoral», debido a que considera cada uno tiene, por así decirlo, «su propia verdad»; el emotivismo diferencia entre estar de acuerdo en que el otro asume una postura contraria (ambos están de acuerdo en que están en desacuerdo…), y estar en desacuerdo con la actitud del contrario (uno está en desacuerdo con la postura del otro).

El emotivismo sigue teniendo carencias, ya que estos desacuerdos llevarían al caos a una sociedad donde no existe ningún parámetro basado en el raciocinio. Por lo que la evolución del emotivismo se caracteriza en el utilitarismo, pero antes de describir al utilitarismo de forma general, quiero hacer mención del relativismo moral, ya que considero es una característica que terminan compartiendo estas doctrinas, además de algunos otros aspectos.

Relativismo moral

El relativismo moral se refiere a que no hay una verdad universal, sino que ésta está determinada por los miembros de un grupo en base a su cultura (se desprende del relativismo cultural), por lo que no hay nada incorrecto o correcto en sí mismo sino que es relativo a las opiniones influenciadas por su contexto social.

Se fundamenta en la idea de que lo correcto o incorrecto moralmente hablando, es el resultado del consenso social en cada grupo humano determinado.

Algunos problemas evidentes asociados a esto (Introducción a la filosofía moral; James Rachel Cap II p. 45), en términos generales sería que por ejemplo, si en una sociedad es bien vista la esclavitud de humanos, entonces según el relativismo, no podríamos juzgar sus actos de incorrectos, porque es su propia concepción cultural sobre la moral, dificulta la concepción de progreso moral al impedir cuestionar los códigos morales de las culturas, incluyendo la propia.

Utilitarismo

El utilitarismo es una teoría moral que es a su vez, un tipo especial de consecuencialismo (la teoría sobre la moral de la que se desprende), que califica lo correcto o incorrecto moralmente, dependiendo si la consecución de conductas es de utilidad para lograr las consecuencias deseadas, en el sentido de traer la mayor felicidad posible a la mayoría de los afectados por una acción o reducir el sufrimiento a la mayoría de los afectados. Al desprenderse del consecuencialismo, califica en base a los resultados o consecuencias obtenidas o que tentativamente se podrían obtener; y al ser el consecuencialismo hedonista (considera que sólo el placer tiene valor intrínseco, es lo único que importa), la valoración se hace en base al placer conseguido o a la reducción del sufrimiento. Hay diferentes tipos de utilitarismo, pero no profundizaré en este artículo sobre ellos, sino sólo a describir qué es el utilitarismo en esencia y sus enlaces con las doctrinas antes mencionadas.

El utilitarismo surgió pretendiendo «solventar» algunas críticas hacia el emotivismo moral, no basándose solamente en las emociones de los individuos, sino acudiendo también a la lógica, sin embargo, solamente lo hace de manera instrumental, no se apoya en ella para llegar a una verdad moral, sino sólo para intentar fundamentar sus juicios morales partiendo de premisas que siguen teniendo como fundamento las emociones y preferencias de los sujetos a quienes favorecerían (en sentido hedonista) las consecuencias de los actos. Es decir, sigue siendo relativista, porque considera el punto de vista sobre las acciones, de quienes se verán beneficiados, e ignora o subordina los intereses de quienes son tratados como meros medios o cosas.

Entonces, el utilitarismo viene a arrastrar básicamente los mismos defectos argumentales que cualquier doctrina moral fundamentada en el hedonismo, la mera compasión e incluso la empatía (sesgada en ciertas características) sin realmente acudir a la razón para acercarse a una verdad moral:

  • Se fundamenta principalmente en los sentimientos, es decir, es subjetivo, ya que quien se ve seducido por esta teoría, basa sus criterios fundamentalmente en cómo le hace sentir a sí mismo una acción, en relación a cómo impactará en los sentimientos de la mayoría, sobre si cree que generará más placer o reducirá el sufrimiento. Se fundamenta en emociones relacionadas al placer y el sufrimiento en los individuos (hedonista).
  • Sigue siendo relativista por lo anteriomente comentado. Quien toma una decisión en base al utilitarismo, tiene que tomar en cuenta sus propios sentimientos y los de los demás, que comúnmente están influidos por la cultura o códigos culturales.
  • Se fundamenta en falacia de petición de principio, ya que al no recurrir a la razón de manera esencial o en relación a una verdad moral o filosófica, simplemente acude a dogmas como que lo único relevante es el sufrimiento, así sin más.
  • Se fundamenta en la falacia naturalista, al tener su base en un hecho biológico (tenemos sentimientos) para de ahí adjudicar cuestiones normativas sobre la moral.
  • Para intentar justificarse acuden a la lógica de manera instrumental, y no a la lógica que lleva hacia un pensamiento correcto y verdadero. El subjetivismo tanto el simple como el emotivismo y el relativismo, rechazan explícitamente que la razón tenga injerencia en la moral, usan la lógica de forma instrumental para intentar justificar esa afirmación. Usan la lógica en su forma, es decir, buscan ilación entre las ideas para ser persuasivos, o basarse en hechos verdaderos pero sin justificarlos lógicamente. Se refutan a sí mismas o simplemente van en contra de la lógica (pensamiento correcto y verdadero). Aunque el utilitarismo apela a la razón para hacer cálculos sobre las consecuencias, se refuta a sí misma, cuando dicen que «todos cuentan por uno, nadie por más de uno» (igualitarismo del utilitarismo clásico. Léase «En defensa de los derechos de los animales; Tom Regan p. 201,202), que pretende decir que cada sujeto tiene una igualdad moral respecto a cualquier otro, y sin embargo, consideran está bien eliminar o explotar a un sujeto si trajese un balance de mayor felicidad que sufrimiento para la mayoría de los involucrados en dicha acción.
  • Apelar a cuestiones arbitrarias implica la negación de derechos morales, tanto por basarse en meros caprichos o sentimientos, como por su trasfondo hedonista, como no basarse en la razón en relación a una verdad moral. Se convierte a los demás (e incluso a uno mismo) en un mero instrumento esclavo de los sentimientos y de dogmas hedonistas. Si lo que importa es lo que sentimos, o maximizar el placer y reducir el sufrimiento, no se está reconociendo que los juicios morales se basen en si hay un respeto o no a la dignidad de los sujetos, entonces no tiene cabida la noción de derechos fundamentales, ya que incluso obstaculizaría para los fines de dichas teorías cuestionadas en este ensayo.

El utilitarismo se ha intentado camuflar para atraer más adeptos, por medio de variaciones en el mismo, como el utilitarismo de la regla, del acto, de preferencias, sensocentrismo, etc. Dentro del animalismo, tiene su versión más representativa en lo que se denomina bienestarismo o bienestarismo moral.

Entonces, ¿debemos ignorar nuestros sentimientos, emociones o intuiciones morales?

Las intuiciones morales y las emociones como la compasión, sentimientos como la empatía y la simpatía, así como la vergüenza y la culpa, pueden ser termómetros que nos indiquen sobre si una situación es moralmente correcta o no, pero finalmente, lo que determina si actuamos apegados a una verdad desde el punto de vista moral, es el razonamiento moral, guiados por la lógica y los hechos empíricos. La compasión y la simpatía, por ejemplo, son más impulsivas, no llevan un razonamiento implicado en sí mismas, y sin un razonamiento de por medio hacia el respeto y la justicia, pueden conllevar meramente a la caridad por ejemplo; mientras que la empatía si incluye en sí un razonamiento, sin embargo es insuficiente por sí misma, ya que puede estar sesgada por prejuicios.

Es necesario guiarnos por los principios de la lógica como por ejemplo el de identidad (un ser es idéntico a sí mismo y en el caso de los sujetos, se identifican a sí mismo como sí mismos, es decir, saben que son alguien diferenciado de los demás), y cuidar de que nuestros juicios no incurran en ignorar otros principios de la lógica, como el de no contradicción (que se resume en que algo o alguien no puede ser y no ser al mismo tiempo. Por ejemplo, o se es un ser sintiente o no se es; se es persona o cosa) y otros que se desprenden del principio primero (de identidad).

Existen los hechos morales (Introducción a la filosofía moral; James Rachels p. 73), que se refieren a que los actos sí pueden ser juzgados moralmente, y estos juicios se basan en la lógica y contrastadas con la realidad, más allá de nuestros sentimientos o preferencias. Los juicios éticos sí pueden ser comprobados a través de ofrecer y contrastar razones, similar a como en otras ciencias se hacen experimentos, en la ética se haría contraste entre argumentos, se ponen a prueba en su lógica y en su enlace con la realidad. Por ello, considero que la moral sí es una ciencia, pero no en los términos en que se conceptualizan las ciencias descriptivas como las matemáticas o la física, sino una ciencia normativa.

Hablando específicamente de la cuestión de la defensa de los Derechos Animales, lo que abunda actualmente (como en otras cuestiones), es la acción basada fundamentalmente en aquello que la gente siente respecto a algo, y si le incomoda, deduce que es algo incorrecto y tiene que actuar en contra de esa incomodidad, y si ya no le incomoda o le incomoda menos, presiente que ha hecho algo bueno. Los actos moralmente correctos no se guían meramente por cómo nos sentimos ante las acciones o ideas, que aunque pueden coincidir, lo fundamental es escudriñar sobre si actuamos de acuerdo con cuestiones como la justicia y el respeto a la dignidad de los sujetos, independientemente de nuestros deseos, sentimientos o preferencias.

Una respuesta a “La ética fundamentada en emociones y la negación de derechos”

  1. […] permite la arbitrariedad en los juicios morales. Mi tesis es que es simplemente un intento más del subjetivismo moral de «evolucionar» para intentar persuadir a la gente en pos de fines hedonistas […]

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